two.

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Las lágrimas resbalaban con lentitud por la suave piel de sus mejillas blanquecinas. Con los ojos empapados y la nariz en un rojo intenso, frotó sus mejillas con las mangas de su suéter color rojo y se dispuso a salir de los vestuarios.

Las risas inundaron de nuevo aquel pabellón, consiguiendo que los ojos de Liam comenzaran a gotear nuevamente.

La vergonzosa situación por la que tuvo que pasar no dejaba de atormentarlo y las crueles risas de sus compañeros no ayudaban para nada.

"No pretendía avergonzarte, Li" la voz de Brandon destrás suyo solo provocó que su sonrojo se hiciese más notorio. Pero no se volteó. Se quedó allí parado, con los puños apretados. No se creyó ni una de las palabras que salieron de su sucia boca. Liam sabía a la perfección que pretendía hacerle la vida imposible y nada podría hacerlo cambiar de parecer.

"No digas mentiras, Brandon" murmuró "Ya me has jodido lo suficiente como para que ahora te hagas el inocente conmigo"

"¿Cómo iba a saber yo qué te gustaba llevar bragas, eh?" las mejillas de Liam ya no podían estar más rojas y las risas de los idiotas que tenía por amigos volvieron a inundar el pabellón. "No lo hice con mala intención. A muchos de mis amigos les hago bromas de ese tipo alguna vez, ¿verdad, chicos?"

Ellos asintieron divertidos.

"Bajarle los pantalones a alguien no es para nada divertido, y tus amigos son unos completos gilipollas por permitirte hacer eso" estaba rojo de la furia. Su faceta de niño bueno se lavó y fue intercambiada por la rabia e ira que sentía en aquel momento.

Si su papi supiera que iba a pegar a uno de sus compañeros lo castigaría. Pero si se enterara del motivo, le rompería los dientes a Brandon.

"Cierra la boca, maldito lame pollas" dijo uno de ellos.

"Cierra tú el culo, cabrón" contestó.

El chico gruñó, acercándose donde Liam con la intención de golpearle. Brandon no se lo permitió.

"Mira, Liamcito" sonrió "Eres una mierdecilla que usa bragas y no es capaz de matar ni una mosca. No pienses siquiera en agredirnos porque vas a acabar muy mal"

Liam no lo aguantó. Se tiró encima del chico moreno y comenzó a arañarle la cara como si se tratara de un gato furioso. Brandon, rabioso, lo empujó dejándolo debajo de su atlético cuerpo. Golpeó su cara varias veces hasta que fueron separados por el profesor de educación física que, en ningún momento había sido consciente de la discusión.

"¿Se puede saber que ocurre?" dijo el profesor, poniéndose en el medio de los dos chicos.

"Liam comenzó" contestó Brandon. Como el cabronazo que era.

Liam gritó de la rabia que sentía.

"¡Él me hartó, profesor!"

"No me importa. Vayan los dos al despacho del director y que os ponga una amonestación a cada uno"

Perfecto. Una amonestación. ¿Cómo le diría eso a su papi? ¿Le castigaría o debería decirle lo que Brandon le hizo?

Los dos chicos caminaban en silencio por el pasillo. Liam unos metros delante de Brandon, con las cejas fruncidas y tan enrabietado que podría explotar en cualquier momento.

El otro chico lo observaba mientras iban de camino al despacho. Se sintió un poco mal por haberle hecho eso a Liam, pero solo un poco. Aunque, teniendo en cuenta la hermosura que Liam derrochaba, pensó que era algo sexy. Cuando lo vio se rió, si. Pero también le quedó una tienda de campaña en sus pantalones de baloncesto después de haber visto el encaje rojo sobre la suave piel del chico.

infantilism  [z.p]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora