Indefinido.

Momento de salir.

Soy consciente de todo lo malo que he hecho, soy consciente de todas las cosas malas y de todos los actos buenos que he provocado, soy consciente de que la vida también me ha sido injusta.

La vida te puede arrebatar lo que más quieres en un solo segundo, la vida te puede quitar lo que has construido con mucho trabajo y esfuerzo. Pero así como la vida te puede quitar, la vida también te puede dar.
¿Y qué me ha dado la vida a mi?
Dolor, tristeza, soledad. Me dio colores solo un corto tiempo, y me es tan injusto eso.

*

Despierto otra vez en esta cama vacía, las sábanas están frías. Los rayos de sol en se cuelan poco a poco conforme las horas van pasando por mi ventana.
Durante el día lo único que hago es estar en mi cama, con mi cuaderno de dibujo, unos cuantos lápices para poder plasmar lo que mi mente tiene, lo cual se que por tanto medicamento olvidaré en algún momento.

Mi madre me trae el desayuno, la comida y la cena, se para junto a mí y me habla, cree que no la escucho porque siempre cierra la puerta al borde de las lágrimas , sé que llora a unos cuantos pasos de mi habitación, quisiera poder salir y seguir mi vida como ella dice, pero no entiendo como hacerlo; si ya no tengo vida.

Me dice que hay una persona esperándome allá afuera, alguien que necesita de mi, que necesita mi compañía para vivir. Ella es tan frágil, tan pequeña que no se puede ni cargar por temor a que se rompa en cualquier instante.
Me cuenta que es hermosa como su madre, y solo así siento deseos de conocerla. Ver su rostro.

Y es por eso que decido intentarlo, decido salir de mi encierro el cual en algún momento pensé que sería para siempre, han pasado 4 meses desde que la vida me quitó la esperanza, lo único que tenía.

He decidido gritarle a la maldita vida que no podrá vencerme, que si bien se ha llevado el color de mi vida, no me dejaré caer otra vez.

¡Maldita vida!