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Corría a toda velocidad por las calles completamente desiertas. El sudor corría por toda mi cara, me dolía todo el cuerpo, sentía que mis piernas comenzaban a fallar.

"No, ahora no, por favor. Aguanta un poco más."-me decía una y otra vez.

La velocidad disminuía.

"No, ahora no, por favor."

Mi respiración se volvía cada vez más agitada, mis piernas más lentas. Más y más.

Hasta que me detuve por completo.

Caí de rodillas y por primera vez desde que había empezado a correr, decidí voltear hacia atrás. Estaba completamente oscuro pero estaba segura de que ya no venía nadie detrás de mí.

Sonreí, y... comencé a reír.

Entonces la farola que estaba a mis espaldas se apagó, voltee rápidamente y solo pude lanzar un grito ahogado antes de caer en una total oscuridad.






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Quiero hacer un breve espacio para agradecerle a aquella persona que esta leyendo esto, espero y sea agradable su experiencia en esta historia!

El poder de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora