Hana
Con las notas de Akira en mis manos, paseo por la estancia. Volteo hacia Caleb y abro la boca, incapaz de decir una palabra, pero no es necesario para él que lo diga. En los últimos meses, que pasé con Kida y el peliazul, los tres nos volvimos una familia. Inquebrantable, según ellos, pero en el último año descubrí que hasta la más fuerte voluntad puede deshacer en cenizas completamente.
—La hallaron muerta en la noche, no fue ninguno de ellos... Lo siento, Han.
Cerré los ojos y me mordí el labio con fuerza. Las hojas, arrugadas en mis manos, eran fragmentos del diario de Akira, lo último que había escrito antes de que la asesinaran. Los brazos de Caleb rodearon mi cintura y su pecho chocó contra mi espalda. Su respiración pesada me hacía cosquillear el cuello.
—Era mi mejor amiga y la amaba... Voy a matar al que le hizo eso, lo juro—Susurré y me voltee, para corresponder su abrazo.
—Lo haremos pagar, no sólo al asesino de Akira... a todos los que te hicieron daño—Me tomó el rostro por las mejillas y le sonreí, asintiendo.
—Espero que nos hayan extrañado, porque el Equipo Dinámico vuelve a Japón—Soltó Kida, quien se mantuvo en silencio junto a la chimenea. Me alejé del peliazul y doblé las notas.
—Iré a prepararme, saldremos mañana a primera hora.
Me dejó caer sobre el colchón, agotada. Tanto física como mental. Desde que dejé de llamarme Hana Miyake estoy planeando el golpe hacia los Sakamaki, Mukami y Tsukinami, pero jamás toqué el tema con Kida y Caleb, y tampoco hablamos de mis padres. Ellos varias veces intentaron hablar de eso, pero no me siento lista, no aún.
Me coloqué lo audífonos, conectados a mi reproductor de música, y me dejé llevar por las canciones.
Odio esto, odio el no poder seguir con mi vida, odio que cada vez que cierro los ojos estoy en la mansión Sakamaki. Y cuando estoy sola y a oscuras, puedo sentir el dolor abrasador cubrirme. Puedo escuchar la risa de Kanato, los insultos de Ayato o las palabras lascivas de Raito. Duele, pesa, dificulta la respiración.
En una noche parecida a esta, oscura y solitaria, hace meses, decidí que iba a acabar con todos ellos. Quienes me lastimaron, denigraron y usaron. No iba a dejar que vivan impunes. No voy a dejar que vivan, no mientras mi corazón lata y puedan hacerle lo mismo a alguien más.
Omnisciente
En la mansión Sakamaki reinaba el caos –lo que no tiene nada de extraño–. Los hermanos se habían alejado aún más entre ellos desde la desaparición de la Miyake. A inicio, se empeñaron en buscarla como si se tratara de una competencia, pero con el tiempo perdieron la esperanza, o quizás la pequeña nueva inquilina de la casa atrapó la atención de los vampiros.
Desde unos meses, la nueva Novia de Sacrificio vivía en la mansión. Con su cabello rubio y sus deslumbrantes ojos volvió a enfrentar a los hermanos Sakamaki.
Yui Komori despertó en su cama junto con Ayato, mientras que Hana Konoe dormía en un auto, de camino a Japón. Yui tiene que sobrevivir a los hermanos, tal y como lo hizo Hana. Pero Hana no va a dejar que alguien más sufra a manos de los Sakamaki, no va a dejar que destrocen la vida de otra persona.
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Konoe · Diabolik Lovers
Fanfiction-Soy Hana Konoe, amor, soy tu problema final. Secuela de Miyake.