Ruleta Rusa

Haber pasado tanto tiempo en soledad le dio las herramientas necesarias para salir al mundo, ya no tiene miedo, sabe que solo estarán los que quieran quedarse.

Sin desearlo se convirtió en el blanco de los peores pensamientos humanos, blanco de ideas erróneas, la señalan, la miran, la agreden; son pocos los que la observan dejando surgir su ser. La mayor parte del tiempo libra batallas intensas con la incredulidad humana para la cual tiene respuestas certeras.

Aquella vez se enfrentó a un hombre desorientado perdido de fe y de vida, un oscuro y siniestro personaje, sin haber sido su peor oponente fue en ese entonces el primer enemigo consiente de su intelecto, "un zombi".

El espectro disparó sus palabras frente a quizás unas sesenta personas, puso en duda su existir, miradas encendidas de locura, reflexiones, enfermedad, fue acosada de repente sin siquiera imaginar la posibilidad de tremenda situación abrumadora, de tanta burla; el bufón quedó mudo al recibir como respuesta tan solo una sensación de paz y silencio, semejante payaso.

No fue la única víctima, el agresor disparaba al aire buscando victimas sin que ningún disparo saliera conscientemente. Gritos, sonrisas sádicas, brotaban sin parar, nadie caía, los disparos carecían de consistencia, el plomo y la pólvora no estaban allí, solo aire podrido se olía en la sala.

Miradas rojas, ardientes, sedientas, atmosfera condensada, la batalla continuó varios días hasta que salió la voz y se produjo el disparo.

-Tanto te penas que sos para juzgar, acechar, lastimar, humillar, tan humano como todos, tu actitud no te hace libre de nada, ahí estás con tu intelecto, preso de la idiotez que te envenena, ¿Qué SOS? Son puras burbujas, ¿Cuánto pensás que aportas a tu interesante visión del mundo cada vez que herís a otro ser humano?, tu risa es sobre vos mismo, tus palabras no son más que carencias o el reflejo de tu pobreza, ¿no te das cuenta, bufón?, crees poder aplastar con tu ego todo lo que atraviesa el pantano de tu mente perturbada, ¿y qué haces?, además de andar acusando con tu soberbia a cualquiera. ¿Acaso acabó tu tormento? Quisiera abrazarte, darte amor, porque un acto de amor si puede cambiar muchas cosas, pero hoy no puedo, me tiembla el alma en este circo siniestro.

La explosiónfue tan grande que el lugar quedo vacío, como fantasmas desaparecieron los queahí estaban. En la oscuridad y el humo, una luz tibia los alumbró. Él lleno dejúbilo, de alegría, ella tranquila. Lasmiradas, firmes testigos de aquel disparo justo. También ellos se esfumaron yel lugar quedo vacío, las sillas, las mesas, la barra, "el escenario" aqueldonde pisó fuerte la burla, parecía un jardín floreciendo en primavera, el airesuave despejaba la espesura de mentes sucias, lo rancio desaparecía, se escuchóla llave cerrando las puertas en donde cada noche comenzaría una nueva ruletarusa.r