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¿Quién diría que las personas llegaran a sus últimos días tan pronto? No nos avisan, nos sorprenden quitándonos toda la felicidad, desaparecer de la tierra dejando a tus seres queridos solos y llorando, dejarte a ti llorando.
Ignorando las múltiples promesas de una vida juntos, dejando cumpleaños y navidades que jamás llegarán...

“Cubro mis odios y trato de escucharte”

¿Me podrás perdonar? ¿Podrás perdonar a este joven enfermo? Te juré que nunca te dejaría solo y ahora siento como si te hubiera traicionado, verte llorar es lo último que quiero hacer.

Mi pequeña visualización pudo notar que tímidos rayos de sol se colaban en esa ventana, aunque rápidamente alejé mi vista de ella, pues preferí una imagen mejor que ésa: Tú.
Tan apasible durmiendo a mi lado, con cara de tranquilidad y una leve sonrisa se formaba en tus labios carnosos y sonrojados, tus mejillas sonrosadas dichas de morderlas, estabas tan adorable, podría mirarte así por años y jamás me cansaría.
Si el tiempo me lo permitiera y la vida me diera una segunda oportunidad, éso haría.

“Cierro mis ojos y trato de imaginarte”

Besé tus labios levemente haciendo que soltaras un pequeño jadeo y a continuación abrir tus ojos oscuros, estos se clavaron en mí y a pesar de todo lo que estas sufriendo, de que sabes lo que pasará, me regalaste una de tus juguetonas, increíbles y sinceras sonrisas.
Aunque la vida se me iba, jamás me había sentido tan bien.
Coloqué uno de tus mechones marrones  en su sitio y un nuevo beso se depositó en tus labios.

-Buenos días mi príncipe- dije levemente, mi voz estaba ronca y no podía negar que me costaba decir palabra.

-Buenos días- respondiste sin perder esa sonrisa.

Y volvió el silencio, no se necesitaban las palabras para expresar lo que sentíamos en ese momento, nos aproximamos poco a poco mezclando nuestros alientos y nos fundimos en un beso lleno de amor, de sufrimiento, de temor… Por más que deseaba que nunca terminara, que el tiempo se detuviera en ése instante y pudieramos pasar nuestra eternidad unidos tú no pudiste aguantar más y noté como unas traicioneras lagrimas se escapaban de tus ojos, me separé de ti quedando a milímetros, limpiando cada una de esas pequeñas gotas saladas, con un fuerte dolor oprimiendo mi pecho.
No era mi enfermedad, era la culpa de verte así, tan triste.

-No llores mi príncipe, todo está bien

-Hae…-soltaste en un suspiro

Aunque te has desvanecido, aunque te fuiste…”

-Hyuk, tengo frío…

No hizo falta decir nada más pues tú me abrazaste y apoyaste mi cabeza en tu pecho, tarareabas una leve melodía cerca de mi oído, una melodía que entro en mi mente como si fuera una nana. No lo pensé dos veces y decidí acompañarte y cantar ambos a la vez volviéndonos uno.

Incluso cuando estoy adolorido, incluso cuando estoy herido, solo puedo vivir mientras te tenga a ti. La vida sin ti es como muerte para mi”

Te abrazabas más a mi intentando que tu calor corporal hiciera efecto en mí, sabias que iba a ocurrir en ese momento y yo también… No quería creer que nuestro tiempo juntos había sido tan escazo pero amaba todo lo que habíamos pasado, incluso soy capaz de jurar que no odio los momentos en que nos peleamos. Cada segundo a tu lado, cada beso, palabra, sonrisa, mirada, quedará por siempre en mi mente, aunque mi cuerpo esté inerte y sin vida aparente, siempre te amaré.
Volví a alzar mi mirada encontrándome  con tus ojos cerrados en un gesto de no querer soltarme, estabas sufriendo, lo sé y todo es por mi culpa…por favor, perdona a este idiota que no ha sabido estar junto a ti como lo prometimos aquel día, perdóname por hacerte sufrir…perdóname.

-Hyuk Jae…te amo y siempre lo haré-susurré en tu oído

-Eternamente DongHae, te amare eternamente…

Y el llanto volvió, tus palabras se ahogaban en lágrimas y aunque quisieras retenerlas no pudiste, esas gotitas traicioneras volvieron a salir de tus preciosos ojos oscuros. Esos ojos que me cautivaron apenas me vieron. Aquellos ojos que jamás hubiera querido ver llorar.

Que hayamos terminado así, no puedo creerlo”

Me uní en aquel llanto, no podía soportar ver tal imagen, tu fino rostro sonrojado bañado en aquellas gotitas saladas. Me besaste, esta vez con más pasión, amor, deseo….Me pegabas más a ti intentando seguir pasarme ese calor, pero era demasiado tarde, ya no había vuelta atrás.
Nos separamos mezclando nuestros alientos, secaste mis lágrimas y yo las tuyas y a pesar de todo este sufrimiento me sonreías.
Quería ser tan fuerte como tú...

A este ritmo, ¿Qué hago? ¿Qué hago con todas esas numerosas promesas?”

Mis parpados pesaban y un sueño entro en mí.
Cada vez la despedida estaba más cerca, no estaba listo, no estaba listo para dejarte... Aún debíamos hacer muchas cosas, teníamos un futuro planeado, pero nadie nunca pensó que no separariamos así.
Tú hacías lo posible para que siguiera despierto tragándote esas lágrimas para que no salieran. Tú eras fuerte yo en cambio era un débil que te dejaba solo y por ello no paro de culparme, me odio…Besaste mi frente y te pegaste a ella y esa melodía volvió a mis oídos, pero esta vez una melodía inundada en lágrimas, tropezabas en las palabras e incluso te costaba respirar para poder seguir a la siguiente estrofa.
Mis parpados se iban cerrando levemente, el final de este capítulo estaba llegando.

-Hyuk…no dejes de amarme…- Pedí, de la forma más egoísta que pude ser. Pero mi corazón te pertenece, y por ello jamás dejará de latir.

-No lo hare, nunca te dejare de amar, tu eres mi vida DongHae…

Depositaste un nuevo beso en mis labios y en ese momento yo te regale mi último aliento.
Mis parpados se cerraron y me fue imposible volver a abrirlos, pero lo último que pude ver fue tu encantadora sonrisa, esa sonrisa que llego a enamorarme.

Y está bien.

¿les gustaría un final alternativo?

"Good" Bye [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora