La universidad es la etapa más intensa de cualquier persona. En ella haces nuevos amigos y abandonas a otros, te enamoras y te desenamoras... Todo es intenso.
—Es...increíble.
Es lo único que puede decir en cuanto entra en la enorme resistencia de cuatro pisos. Abril intenta memorizar cada detalle, no perderse nada de lo que tiene delante de sus narices. Cuando cruza la verja de la residencia, observa los impresionantes ventanales en la fachada del grandioso edificio en el que va a vivir durante el próximo año. A la izquierda del edificio logra vislumbrar la increíble piscina cubierta que vio por internet, y, a la derecha, un pequeño gimnasio al que no dudará en ir. Sin duda, había acertado al escoger la residencia Puerta del Sol. En la entrada hay un cartel que pone "fundada en 1853", de ahí los decorados antiguos, sobre todo en la fachada.
—Quiero vivir aquí, Abril—protesta su amiga Charlot a sus espaldas. Su mejor amiga desde hace años, una chica rubia de mediana estatura que siempre enamoró a todos los chicos.
—Si no hubieras repetido curso, igual estarías aquí—le responde la universitaria encogiéndose de hombros.
Los padres de la chica se ríen de las ocurrencias de su única hija.
—Vamos a recepción, a ver que habitación tienes—propone la madre.
Abril está tan nerviosa que casi se olvida su maleta por tercera vez. A parte, sus dos padres se encuentran en la misma habitación sin pelearse, cosa que no ocurría desde hacía años. El nerviosismo mezclado con la felicidad nunca fue una buena combinación para ella, se vuelve despistada e hiperactiva. Entran en el edificio y en lo primero que se fija es en el altísimo techo. La verdad es que todo en comparación con ella es alto. También empieza a comparar la residencia con un gran hotel, ya que son semejantes. La chica sigue a su madre con la boca abierta y se encuentran al bedel, un hombre medio calvo de unos cincuenta años, el cual desprende simpatía.
—Buenos días—saluda la madre.
—Buenos días—le responde con una sonrisa.—Me llamo Manuel, el bedel de la residencia.—Dígame su nombre para darle la llave—le pide el hombre, siempre con una sonrisa.
—Abril Aneiros Villar—responde la chica con seguridad.
El hombre rebusca entre sus llaves después de comprobar en el ordenador que está todo correcto. Después de unos segundos, interminables para todos, le da a Abril un llavero con dos llaves.
—La llave grande es del portal y la pequeña de la habitación—explica Manuel.—Estás en la 330, en el pasillo 3B, tercera planta.
La chica adelanta a su madre y agarra las llaves con entusiasmo y busca un ascensor para subir. No lo encuentra.
—Seguro que hay chicos guapísimos—empieza de nuevo Charlot—no como en Coruña.
—Como podrás entender, Charlot, he venido aquí para estudiar. Además, tengo un increíble novio en Coruña.
—Eso no te lo crees ni tú—dice levantando las cejas.—Tus padres no te están escuchando—dice señalando a sus espaldas, donde se hallan los padres de Abril—Deberías de haberlo dejado con Brais. No se puede ir atada a la universidad.
Mientras su amiga hablaba, Abril comenzó a subir las maletas por las escaleras.
—¿No hay una maldita ramp...?—antes de formular su pregunta, encuentra lo que andaba buscando, una rampa para subir las maletas.
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✁Pasillo 3B✃
Teen FictionOcho puertas distintas de ocho personas distintas conviviendo en el pasillo 3B de la resistencia "Puerta del Sol". Todos estudiando una carrera distinta en la universidad de Madrid. Todos totalmente distintos. El grupo del pasillo 3B descubrirá el...