El reloj me despierta a las 6:15am, voy abriendo mis ojos lo mejor que puedo, noto como mi cuerpo se tensa un poco, está totalmente débil, y no lo culpo. Hoy tengo clases a las 7:45am así que debo prepararme rápidamente para ir de nuevo a una clase a la cual no soporto para nada, difícilmente me levanto y camino al cuarto de baño mientras voy frotando con mis manos mis ojos para intentar que se despierten rápidamente, pero es imposible, he frotado tan fuerte que básicamente la vista se me nublo por unos segundos, al bajar las manos, veo una sombra proyectada frente a mí, parpadeo varias veces para que la vista se me aclare, poco a poco va tomando su estado natural así que con poca visión, me quito el delgado pantalón del pijama que me he colocado, y como lo imagine, tiene algunas manchas pequeñas de sangre.
–Seguro entre la noche me moví demasiado. –Suspiro un poco. –Me lastime y se abrieron de nuevo las heridas. –Digo en vos alta sin ninguna preocupación.
Busco la botella de Agua Oxigenada y toallita, me siento en la orilla de la ducha y comienzo a limpiarme nuevamente las heridas, seguidamente entro a la ducha y dejo que el agua recorra mi cuerpo intentando purificarme de una manera diferente.
–¿Hasta cuándo lo harás?. –Me pregunto a mí misma como si me fuese a responder... – Me miro al espejo de las puertas de baño y sonrió mientras mi mente me juega sucio respondiéndome con un sincero... – Si no lo sabes tú!
Cierro la llave ya luego de hacer el ritual habitual del baño, terminando un poco incomoda por lo que paso dentro de la ducha, con una toalla seco delicadamente mis piernas para no lastimarme de nuevo
– Si no hubiera decaído de nuevo, serian 36 días sin cortarme. –Digo con un corto suspiro y entro a mi habitación buscando en el armario un Jean negro y me lo coloco no sin antes, agregar una pomada a mis heridas y colocar una venda para evitar que se abran nuevamente, busco un par de blusas y por fin me decido por una blusa negra con un estampado en blanco de unos lentes muy parecidos a los que utilizo para leer, como es de esperarse me coloco mis converse negra, mientras mi Teléfono comienza a vibrar en la mesita de noche, por un momento decido ignorarlo y me arreglo el cabello para quitarle todo nudo posible, he pensado en cortarlo, así me evito todo este ajetreo, el teléfono vuelve a zumbar y voy a tomarlo
·2 Whastapp Nuevos
Aprovecho el momento para ver la hora 6:30am y seguidamente abro el mensaje
· Te Puedo pasar buscando camino a la U y desayunamos en CoffeBar. ¿Qué dices?
· Responde Joder
Es de Lucas, y no me molesta responderle que sí, originalmente no quiero estar en casa
· Claro que sí, pero mejor nos vemos allá, aun no estoy lista, 7:00am CoffeBar.
Guardo el Teléfono en mi bolsillo trasero, me dirijo de nuevo al cuarto de baño para peinar mi cabello y dejarlo suelto sin más, aunque no tengo las mejores ganas del mundo, tomo el delineador líquido y hago una simple línea negra de cola de gato y ya. Saco de nuevo el teléfono para asegurarme de la hora. – 6:40am estoy a tiempo. –Me apresuro a tomar mi mochila veo la cuchilla resplandeciendo en una esquina con unos rastros de sangre, la recojo mientras camino hacia mi escritorio, abriendo uno de los cajones y separando el cajón falso de la misma, bloqueo la computadora y salgo de mi habitación, no sin antes dar un ultimo vistazo
Bajo rápidamente las escaleras y me encuentro con mi madre en la cocina. –Buenos días –digo de mala gana.
–Buenos días, Mía. –Me responde escondiendo la cara mientras cocina mientras coge un plato y me sirve cereales.
–No desayunare aquí Mama, lo lamento. –Le digo un poco apenada mientras busco un Vaso de Agua para beber, la pérdida de sangre normalmente me deja débil, débil y hambrienta
–¿Estas bien? –me pregunta sin más, esta vez dándome la cara por completo, invadiendo mi alma con aquellos ojos color café
–Por supuesto mamá, ¿por qué no he de estarlo?. –Doy por terminada esta mentira con una amplia sonrisa y termino mi agua y dejo el vaso en el lavaplatos –Me debo ir, lo lamento. –Le digo y salgo de la cocina dándole un rápido beso en la mejilla y por suerte para mí no hace más preguntas ni tampoco se molesta en detenerme
Al salir de casa, saco el móvil y le envió un mensaje a Lucas
·Estoy a Dos cuadras
He inmediatamente me llega su respuesta
·Ya estoy aquí. Te espero
Mientras voy en camino, saco mi iPod del bolsillo delantero de mi mochila y me coloco los cascos, al encenderlo comienza Decode de Paramore, no evito tamborilear mis dedos sobre mis piernas al son de la canción, ignorando a todo aquel que se me queda mirando de manera extraña o afectiva, los veo a todos, pero no quiero que ellos me vean a mi, pero... no puedo evitar notar como una chica de una apariencia un poco extraña me está observando desde el otro lado de la calle, me produce un cierto hormigueo que va desde mi espalda hasta mi nuca, se siente... se siente como si pudiera descubrir cada uno de mis secretos más profundos. Sin ser consciente me he quedado parada y la he estado mirando fijamente. Quito la mirada un poco lenta de encima de ella, puede que este exagerando pero siento como si pudiese oler su perfume desde aquí, sonrio para mí misma, y miro completamente hacia adelante continuando con mi camino, demostrando que no me produjo algún efecto, y sobre todo, que no me quedaron estas preguntas que cada momento retumban más y más en mi mente... ¿Por qué me quede mirándola?, ¿Por qué siento que la conozco?, ¿Por qué?...
Cruzo a la esquina y ya veo la puerta del mi Café favorito, sonrió por entrar y conseguirme con una cara amigable, reírme un poco después de lo de anoche y el evento que acaba de pasar debe ser genial, entro con una sonrisa un poco curveada al café.
–Mía, Mía, aquí estoy. –Escucho a Lucas llamarme de una mesa, sacándome de mis pensamientos y me dirijo a donde se encuentra.
–¿Estas bien? –Es lo primero que hace al no más estar frente a el
–Si Lucas, estoy bien. – Le sonrió
–Vale, que quieres comer, yo invito hoy? –Me pregunta mirándome a los ojos, emitiendo una sonrisa. –Un café doble y lo que tú quieras. –le digo mientras se levanta y se dirige a la caja a tomar el pedido. –Es un gran chico él.
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Angel Negro. No te vayas
Teen FictionMía, una joven hermosa de 18 años, con unos amigos que la aprecian mucho, una estudiante promedio y muy bien educada, con una familia que es notablemente reconocida en su localidad. Todo en su vida es notablemente perfecto. Pero las apariencias eng...