capítulo 3: Brindis

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Miro como cada uno de los chicos a mi alrededor se mueven de una manera exagerada guiados por la música que rusuena por toda la casa.
La fiesta esta en todo su apogeo y yo me encuentra sin saber a donde dirigirme o que hacer en medio de la pista de baile.

La mano de Eli se aprieta alrededor de la mía mientras intentamos hacer espacio entre todo el bullicio de la gente. Huele a alcohol, sudor y cigarrillos. El aire es tan denso que me resulta una proesa respirar como es debido.

  Frunso el ceño al sentir como alguien me empuja de costado y giro el cuello para ver quien ha sido el causante de dicha acción ;  mis ojos se topan con una escena muy poco agradable: una chica cantonea sus caderas al ritmo de la música contra la parte inferior de un tipo que parece esta a punto de sufrir un infarto en medio de todos los cuerpos sudorosos que se encuentran haciendo su propio ambiente.

Suelto un suspiró al darme cuenta de que hemos salido de todo el desastre y recorro el lugar con la mirada.
La casa sería mejor apreciada de no ser por que esta llena de adolescentes que sólo pretenden emborracharse y tener sexo con otra persona en el lugar que sea, no importa como.

Mis ojos localizan un sillón rojo de cuero que en particular me parece bastante lindo y elegante. Cálculo que costo una fortuna y que ahora mismo es testigo de una pareja que se están tragando mutuamente por no decir que inspeccionan el contorno de sus rostros con la lengua...asqueroso.

-¿Quieres algo de tomar?- retiró mi mirada de la casi escena para adultos y la dirigo hacia Eli quien sostiene con su mano derecha el típico vaso rojo que se ve en todas las fiestas, creo que es un elemento que no debe de faltar en una fiesta o eso es lo que parece.

-Si claro- realizo un intento de sonrisa que más bien parece una mueca.

Tomó el vaso y miro su contenido. No esta lleno así que debe ser algo un tanto fuerte.

Olisqueo con desconfianza el líquido y decido rendirme, no sé  nada de bebidas y no estoy cerca de hacerlo así que sin más dejó que el líquido se deslice por mi garganta dejando una ligera quemazon en ella.

Cierro mis ojos con fuerza e intento no hacer una arcada. Espero a que mi lengua se deje de sentir entumesida mientras medito lo que he hecho; la bebida sabía bien tenía un toque de sabor a arándano que contrarestaba lo amargo del alcohol.

De alguna manera me siento excitada y emocionada. El ardor en mi garganta disminuye y me hace querer más.
-Eah tranquila nena tomalo con calma es la primera vez que tomas- Eli sonríe divertida mientras se toma el líquido que se encontraba en un vasito para shots, era ambarino y a deducir por su expresión era algo bastante fuerte.

Siento mis mejillas arder de la vergüenza, es mi primera vez tomando pero, si soy sincera esta noche quisiera tomar todo lo que no he ingerido en diecisiete años.

Mi cabellos se pegan a mi nuca de manera incómoda gracias al calor que desprenden la cantidad de cuerpos que se encuentran en la pista de baile.
Mis pies parecen querer tomar vida propia y empiezan a moverse al ritmo de la música. Mi caderas se balanceada de manera delicada guiandome con el movimiento de mis pies y de una momento a otro me encuentro bailando.

Sé que tal vez me miro ridícula haciendo mi intento de baile.
Eli me pasa otro trago y lo tomo de una sola vez, Dios la sensación es tan reanimante que sólo deseo tomar más.

Después de unos cinco tragos mi cuerpo pide a gritos ir a la pista de baile. Me siento un tanto mareada pero estoy consciente de todo lo que he hecho.
Mis ojos se instalan en un chico moreno, alto y musculoso que se pasea como buscando a una presa.
"Demaciado típico" Pienso.

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