Un gran rayo de luz atraviesa mi ventana posándose en mi párpado. Abro el ojo y el rayo penetra en mi cuenca del ojo convirtiendo el iris en un verde intenso espectacular a la misma vez que llena de energía todo mi cuerpo. Avanzo hasta el aparato de música y le doy al PLAY. La dulce voz de Melanie Martinez inunda la estancia. Me levanto de mi cama y me dirijo al baño para asearme. Se oye el ruido irritante que hace mi puerta al abrirse. Mi hermano pequeño, Mauro, me avisa que el desayuno ya está. Abro el armario de madera y cojo lo primero que veo. Bajo lanzado por esas escaleras de roble que crujen al pisarlas. Después de desayunar me dirijo al salón para jugar con Mauro. "Que listo es Mauro para tener cinco años" pienso. Veo como una de las pirámides se cae al suelo, haciendo un ruido muy fuerte. Se oye como mamá viene corriendo, sería por que piensa que su colección de muñecas ha caído al suelo, "¡mama nos mataría!" pienso asustado.
- ¿Que ha pasado aquí? - Pregunta mamá.
Frunzo la boca y exhalo un hondo suspiro.
- Nada, mamá - Contesto tranquilo.Tengo todo hecho así que cojo mi mochila, el móvil y la cazadora, para ir a por el coche. Por el camino tengo que coger a un par de amigos mientras conducía hacia casa de Laura para cogerla, siento que algo malo va a ocurrir en estos días, como un mal presagio. Cuando llego a casa de Laura, veo como viene llorando, "será por culpa del tonto de su novio" me digo a mi mismo.
- ¿Que te pasa? - le pregunto asustado.
Se limpia las latinas y me mira.
- Lo de siempre, Abraham - contesta llorando.
Le limpio las lágrimas y sigo conduciendo. Me fijo en ese pelo rubio, con las puntas azules tan bonito que tiene. Nose como pero la mirada se me va a esos labios finos y rojos como la sangre. "Bésala", me dice mi cerebro, pero no lo hago ya que nuestra relación no funcionó y nunca funcionará.Al final llegamos al gran pueblo Collinstown, donde había vivido de pequeño. Despierto suavemente a Laura susurrándole al oído: despierta, cariño, que ya hemos llegado. Dándole un beso en una de sus mejillas arrosadas, justamente cuando gira la cara y se lo doy en los labios. Me aparto rapidamente haciendo que mis mejillas se ruborizen. Ella sonríe poniéndose un poco roja. Avanzamos hasta la puerta y pico tres veces. Se ve como el gran pomo negro de esa puerta de madera antigua gifa mientras que hace un ruido irritante que hace que se me ponga la piel de gallina.
Siento como una gran fuerza me aplasta el costado y la columna. Es mi mejor amiga, Anastasia. Mientras ella estruja a Laura, cojo las mochilas y las llevo al interior de la casa. Al entrar veo que están todos, hasta los que tendría que a ver recogido. Sonrió falsamente mientras voy a la cocina.
- Haber como os lo digo.... - dice Anastasia.
- ¡Que tenéis que dormir juntos! - grita Nicole.
- ¡Porque solo hay una cama libre! - grita Elsa.
Las miro fijamente hinchando los mofletes.
- Tranquilas, duermo yo en el sofa- digo honestamente.
- No, tú duermes conmigo - dice Laura.
Me ruborizo y se me escapa una sonrisa tonta.
- No hace falta, enserio - digo calmadamente.
- Duermes conmigo y punto - contesta ella sin dejar que proteste.
Cojo las mochilas y subo las escaleras hasta el pasillo. Ahí me dirijo a la última puerta y entro. Dejo las cosas encima de la cama y me siento. Laura viene y se sienta a mi lado mientras me agarra la mano.
- Gracias - dice mirandome a los ojos.
- ¿Gracias? - me pregunto.
- Por ser tan bueno conmigo - me dice.
Me muerdo el labio inferior y parpadeo.
- Es que no quiero verte mal - le digo.
Se acerca a mi y de repente siento sus labios en los míos. Me ruborizo demasiado. El beso es profundo y a la vez apasionado, con un toque salado. Se oye como cruje el suelo así que miro a la puerta. El ruido se oye cada vez más cerca. La puerta se empieza a abrir sola y puedo ver como una sombra negra se asoma. Me aparto rapidamente de Laura. Cuando está abierta de todo veo que es Anastasia riéndose. Me levanto y la meto para dentro sentándola al lado de Laura. Le dijimos que no digera nada y nos fuimos todos al piso de abajo, para cenar.Aunque no me guste admitirlo, fui al baño a meterme los dedos para vomitar. Es una cosa que hago desde pequeño. Subo a mi habitación y mis ojos quedan abiertos de par en par. Que hermosa estaba laura disfrazada del monstruo de las galletas. Cojo mi mochila y voy al baño para disfrazarme. Al cabo de diez minutos salgo y bajo para marchar ya a la fiesta. Todos quedan anonadados, debería de ser por mi disfraz. Voy de Alphabet Boy. Salimos de casa y nos dirigimos a la querida plaza que está a unos 100 kilómetros.