Galería

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Describir a Jimin era como describir el arte

Dios, era bello, pero era una palabra corta. Era todas emociones que te hace sentir el arte resumidas en su mandíbula.  

 Siempre intenté mantenerme alejada de esas cosas, los chicos populares, los deportistas, incluso del arte. Solo observo.

 Jimin solo cruzó. 

Solo fue una de esas sombras en el rabillo del ojo, esos entrometidos en las fotografías en público, los murmullos en el cine. Era el cuadro en la galería y a la vez la persona que lo colgaba mal.

Jamás quise que me hablara, que se acercara a mi en clases, que frecuentara las galerías a las que iba, jamás quise que descubriera que lo miraba.

Incluso estando sus dedos entrelazados con los míos mientras me quita la respiración con sus colores que cubren mis labios, quiero huir.

Tengo miedo.

Jimin me da miedo.

Su voz cuando se altera, su cuerpo más grande que el mío, su mandíbula tensa. 

Eso solo es la calma antes de la tormenta que su existencia representa.

Jimin me da miedo cuando sonríe.

Porque me duelen los ojos y el pecho. 

Jimin me enferma.

Jimin no deja que duerma.

Jimin me aisla.

Pero la única cura para el desastre que causa, es él mismo.

Como el arte, aquellas obras donde en el caos está la respuesta que trae al caos nuevamente.

Ahogarse de tanto aire que se respira.

PopCorn |P. JMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora