La Opción Tres

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<<Esta historia es una de las primeras que hice en mi otra cuenta en Fanfiction.net. Si no me equiboco es una historia que hize hace dos años atras, pero aun asi espero que la disfruten ;)>>

Este One Shot fue inspirado por el capítulo de "The Tale Of Two Dragons", obviamente no es la misma trama, pero veran las similitures

1

La vida en Berk ha mejorado bastante con los meses; las cosas con los dragones han sido mucho más fáciles gracias con la ayuda de mis amigos y sobretodo mi compañero Chimuelo. Hemos logrado entrenar a los dragones y lograr una estabilidad con ellos al vivir entre nosotros. Con el tiempo todo mejora... aun que... eso no se aplica mucho con los mismos jinetes...

- Patán, esta vez sí que cruzaste la raya. – se airó Astrid caminando en dirección del grotesco de Patán.

- ¿Yo? Por favor, no seas agua fiesta. – la confronto.

- Wow, wow, tranquilos ¿Y ahora qué pasa? – me interpuse entre ellos dos.

- Este idiota no sabe controlar a su dragón. – señalo con furia Astrid. – Se ha pasado todo el día acosándonos en el cielo y ahora su bestia se ha comido el almuerzo de Tormentula. – llevo las manos a las caderas mientras intensificaba su voz, su acto causo a Tormentula a rugir igualmente en ira.

- Yo no vi que ese barril de pollo tuviera el nombre "Propiedad de Tormentula". Además Dientepua solo comió un poco. – se defendió.

- ¡Y tú la otra mitad!. – grito Astrid empujándolo hacia tras.

Lo cual no era bueno porque Dientepua gruño por el acto de violencia que ella hizo hacia su jinete.

- Vamos chicos, no actúen así, esto no es lo que entrenamos. – los volví a separar, pero ambos aun se miraban con ganas de estrangularse.

Sip, típico en Astrid y Patán. Siempre discutiendo y haciendo lo posible para demostrar quien era el mejor.

- Ya estoy cansada. – grito Astrid mientras se daba la vuelta para subir a Tormentula. – Me niego a seguir trabajando con él.

- ¿Tú? ja, más bien yo. – grito en mi otro oído Patán haciendo lo mismo que ella.

- ¿En serio chicos?. – resople inquietamente. - Tal vez podamos solucionar esto de otra forma. – intente convencerlos.

- Me temo que no Hipo. Ya tome mi decisión. – dijo ella.

- Vamos Astrid, no me des la espalda. – le suplique, pero ella torció la mirada hacia otro lado. – Chicos ayúdenme en esto. – pedí a los gemelos y Patapez.

- Bromeas, esto se pone interesante. – me respondió con una gran sonrisa Brutacio a la vez que se reclinaba sobre la cabeza de Belch.

- Si, no todos los días los ves ponerse así de enojados. – le acompaño Brutilda.

¿Pero en qué pensaba en pedir ayuda a estos dos?. Suspire para confrontar a Patapez.

- ¿Qué? No me mires a mi Hipo, sabes que odio la violencia. Además... Astrid meda miedo. – se acobardo a las espaldas de Gorgontua.

Mi única reacción fue golpearme la frente en frustración. Y como siempre tenía que solucionármelas yo.

- Vamos, chicos. Los dragones son dragones. – voltee para discutir de nuevo con los primeros del problema. – Tal vez Dientepua comió un poco de las piernas de poyo PORQUE a alguien en especifico. – mire irritado a Patán. – Olvido darle desayuno.

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