Era un día de invierno, el cementerio de Konohagakure estaba cubierto por una fina capa de nieve. Una bufanda roja cubría la mitad de mi rostro para protegerme del frío. Llegué a mi destino, la misma capa de nieve que cubría el cementerio entero también cubría la lápida de la persona a la que visitaba.
«Neji Hyuuga».
Dejé una rosa del mismo color que mi bufanda encima de la lápida, mirando el nombre que estaba grabando en ella. Sentía dulces ráfagas de viento helado chocando en mi cara, lo que hacía que mis mejillas adoptasen un ligero tono rosado. Recuerdos pasados de mi antiguo equipo aparecen en el interior de mi mente haciendo que yo esbozase una sonrisa: el momento en que los conocí, los días de entrenamiento, el esfuerzo, las risas.
La guerra. Su muerte.
- ¿Por qué? – fue lo único que logré murmurar debido a mis labios agrietados y congelados.
Me había quitado la bufanda y la había dejado al lado de la lápida. No sé por qué pero mis ojos estaban soltando lágrimas. ¿No era que lo había superado? Un par de pies se paran delante de mi y de la lápida. Subo la mirada no sin antes secarme las lágrimas. Lo que veo hace que no me fíe de mis ojos, hace que me tense, hace que me confunda.
- Tenten. – era él. Neji Hyuuga.
- N-Neji. – no podía evitarlo, pero no quería que mis lágrimas escapasen de nuevo.
- ¿Por qué tardas tanto? – me pregunta, lo cual me deja aún más confusa.
Me miro a las manos; están desapareciendo como si cada ráfaga de viento me estuviese desintegrando. Como si fuese mera arena del desierto. Neji me extiende su brazo, frunzo el ceño levemente. No sé qué está pasando. De repente, me llega un último recuerdo.
Yo saltando de lo más alto de la Roca Hokage, dejando que impactase al fondo de la aldea.
- Te he estado esperando. – confiesa Neji.
De lo que me queda de mano, intento agarrar a Neji, pero me resulta imposible. Él me coge de la muñeca con delicadeza, haciendo que me levantase de la nieve.
- Vámonos, Tenten.
Segundos después de sus palabras, lo que me queda de cuerpo sale volando como si fuesen trozos de papel. Había llegado al otro mundo junto a Neji.
幕切れ。
