Abrí los ojos, todo estaba oscuro y frío. Escuche un ruido, el ruido de siempre, un pájaro. Era el sueño de todas las noches, bueno más que el mismo sueño era el mismo mundo con sorpresas distintas, pero con los personajes de siempre... Y yo me preguntaba ¿que me toca hoy? ¿Volver a ahogarme? O mejor, ¿volver a caer desde un avión? O ¿tocaba algo nuevo?
Me puse de pie y empecé a caminar por el bosque, oscuro y frío, hasta llegar a una casita pequeña, con colores alegres, con flores en el jardín y una chimenea con humo. Era extraño para mi ver esa casa en medio del bosque, era la primera vez que la veía desde hace mucho tiempo, solo la vi una vez antes y fue cuando tenia 5 años, cuando aun era feliz, inocente y tenia fe en mi, en el mundo... Esta vez decidí entrar en la casita, pero cuando entre lo vi todo oscuro y pensé que igual seria como en la Blanca Nieves, solo tenia que esperar a que vinieran los propietarios. Pasaron lo que para mi parecían horas y nadie llegaba así que subí al piso de arriba y vi un interruptor, era el de la luz pero tube la sensación de que no la tendría que haber encendido.... Cuatro esqueletos se encontraban sentados en una mesa redonda los tres con un cuchillo donde tendrían que estar los ojos. Me desmaye y volví a mi cama, la cama de mi casa, de la realidad donde yo era una chica normal de 14 años, bueno casi normal...
