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Aún recuerdo el día de nuestro primer beso.

Fue simplemente maravilloso.

Te recuerdo con ese vestido de muchos colores y esa chaqueta de mezclilla acercándote hacia mí. Tenías una enorme sonrisa en el rostro y te sonrojaste al verme.

¿Quién diría que estarías nerviosa de verme?

Pero... ¿Sabes algo?

Por dentro, también moría de nervios.

Acción y efecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora