Epílogo

406 22 4
                                    

El martes 28 de Mayo, a las 9:30 de la mañana, la emfermera Meyers tenía el deber de ir puerta a puerta y despertar a los pacientes, en tan solo media hora sería servido el desayuno, y en el centro seguir un orden era primordial.

Eran concretamente las 9:36 cuando Meyers se paró en la puerta número 361.Petó con firmeza varias veces, al no oir respuesta, sacó del bolsillo un gran manojo de llaves, buscó y tras encontrar la correcta abrió la puerta.

- Vamos, Kira, ¡Es hora de levantarse!¿No querrás perderte el desayuno?

Sin vacilar se dirigió hacia la pequeña cama situada a una esquina de la habitación,se impulsó hacia esta d hizo el ademán de levantar las sábanas.
Para su sorpresa no había nada debajo de estas.

Confusa abandono su pose y se dirigió de nuevo hacia la salida de la habitación.

Se escuchó un grito y el manejo de llaves cayendose al suelo.

Katherin "Kira" Johnson, se hallaba en el reverso de la puerta, colgada de lo que parecía un simple trozo de tela, el cual sujetaba su cuello al perchero.
Su rostro estaba pálido, sus ojos miraban al suelo y sus brazos colgaban pegados a su pequeño cuerpo, estáticos.

La emfermera Meyers pedía a gritos auxilio, "¡Acudan a las 361!" "¡Rápido por favor, creo que ha muerto!"

Si, había muerto.

En escasos minutos la habitación estaba llena de paramédicos y doctores. Aquella había sido la tragedia particular del día.

Más tarde en el cambio de turno hablaron de ello. De lo triste que era, de la pena que les transmitía.

-Desde luego, 25 años y sufrir así...- comentaba una emfermera ladeando la cabeza.

- En parte es comprensible, venga no me mireis así, perder un hijo tiene que ser devastador, y más si eres tan joven.- afirmaba un doctor.

-Bueno, eso es cierto, que tu hijo de 7 años muera es un disgusto, pero hay que ser fuerte.

-Eso lo dices por que tu no sufriste eso, desde luego es una pena, pero  estaba visto que iba a acabar así, por el amor de dios ¡le escribía cartas todos los días con la esperanza de que le respondiese!- dijo otra doctora desesperada.

La tertulia siguió durante el tiempo en el que acabaron todos de tomar su café.

Volvieron al trabajo y todo siguió como de costumbre.

A excepción de que Kira estaba muerta.

Cartas para no olvidar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora