Capítulo 2

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Yo estaba fuera del coche, esperando. Estaba pensando, a lo mejor me vendría bien este campamento para alejarme un poco de ellos y de sus normas en casa. Seguro que en el campamento podía ser libre y hacer lo que quisiera.
Salieron de casa, se acercaron al coche y los tres nos metimos dentro. Mi padre, que conducía, puso rumbo a ese lugar, que no sabía ni donde estaba.

Yo-Por cierto, no me habéis dicho donde esta el campamento
Ella-¿Y para qué quieres saber tú eso?
Él-Hija, está lejos. Esta entre las montañas y el bosque

Cuando dijo que estaba en medio del bosque, me dio mal rollo. No me gustaba nada como estaba sonando el campamento. No es un sitio para mí. Demasiado sitio, demasiada gente. Cuando llegue no saldré de mi habitación, aunque supongo que serán casitas o cabañas. Dudo que sea un hotel. Y más si está entre montañas. El lugar suena a que si te pierdes y no sabes volver, estás muerto. Ningún niño sabría que hacer. No nos enseñan a sobrevivir. Nos enseñan cosas que a veces no se les encuentra sentido.
Después de pasar la ciudad y algún que otro pueblo, cada vez nos acercabamos más a la montañas.

Él-Creo ya estamos llegando, estará cerca

Miraba por la ventanilla por si reconocía algo pero nada, todo era nuevo y extraño para mí.
Después de un rato más mi padre paró el coche en frente de un portón el que tenía un cartel que ponía: "Bienvenido al campamento". Los dos me miraron.

Ella-Ya hemos llegado
Él-Nos veremos en septiembre

Yo no dije nada. Cogí mis cosas, salí del coche y al cerrar la puerta, mi padre arrancó y se fue, y justo apareció otro coche por detrás de él.
Puse mi mochila en la espalda y con mi maleta fui andando por el camino que era un puente ya que pasaba por encima del lago. No me hubiera imaginado esto: que tuviera un lago y el agua del río por el que bajaba de la montaña. Cada paso que daba, veía el campamento cada vez más grande: muchas cabañas, niños y niñas corriendo de un lado a otro, abrazandose, riendo... y había de todas las edades, o eso creía yo por que había algunos que eran más altos o más bajitos.
Llegué hasta el final del puente y había dos monitores con unas hojas. El más  cercano a mí me habló.

Monitor-Hola ¿Cómo te llamas?
Yo-Ana
Monitor-¿Cuántos años tienes?
Yo-Catorce
Monitor-Vale, espero que lo pases bien este campamento. Tu cabaña será la 60

Yo asentí y fui en busca de esa cabaña. Las cabañas iban desde la 0, en la que vi algunos monitores hasta... no se cuántas habría exactamente. Vi las cabañas 1, 2, 3, 4 y así sucesivamente. Minutos después me estaba acercando a la que era supuestamente mi cabaña. Entré y no vi a nadie así que me dirigí a la cama que estaba más alejada. Iba a soltar las cosas en la cama pero alguien apareció en la puerta ya que escuchaba algo.

Ella-Hola... niña nueva

Yo me giré para mirarla y vi que eran tres chicas y la que hablaba estaba en medio. Creo que era la líder de ese trío y era rubia, delgada y tenía pinta de ser bastante pija. Incluso iba maquillada. ¿Qué haría ella por aquí, en un lugar cómo este? Tenía un presentimiento y no era muy bueno.

Yo-Hola
Chica 1-Bueno ¿Qué haces aquí?
Yo-Me han dicho que esta es mi cabaña
Chica 1-Pues... lo siento pero no. Aquí sólo estaremos nosotras tres. Como todos los años
Yo-¿Y dónde voy yo ahora? ¿Eh?
Chica 1-y yo que sé, pero tendrás que buscarte la vida. Y ahora... ¿Te puedes marchar?

Con mis cosas en la mano fui hacia la puerta, pasando al lado de ellas. Al abrir la puerta me choqué con un chico. Nos miramos por un momento y la verdad es que el chico... me parecía guapo. Él me dejó paso y bajé las escaleras de aquella cabaña. Fui pasando por todas las cabañas, buscando alguna vacía. Me harté y decidí ir a la última cabaña, que por lo que estaba viendo, era la 100. Llegué a ella, me asomé por una pequeña ventana y no vi a nadie así que decidí entrar. Abrí la puerta y entré. Como bien había echo antes, iba a buscar la cama más alejada de la puerta. Me dirigí hacia ella, puse mis cosas encima de la cama y me senté en ella. Suspire, estaba pensando. ¿Qué bien había empezado todo esto no? Obviamente lo decía irónicamente. Quería dejar de pensar así que abrí mi maleta y en el pequeño armario que había, fui poniendo la ropa que tenía en maleta. También tenía una mesilla al lado de la cama así que ahí puse lo que tenía en la mochila. Cuando ya tenía todo colocado me senté en la cama y puede que haya pasado unos segundos, cuando de repente dos niños abren la puerta de la cabaña y entran.

Niño 1-¿Qué haces aquí?
Yo-Me voy a quedar en esta cabaña

Los dos niños se miraron y salieron corriendo. Esto nunca lo había visto. Vale que les haya hablado pero no hacia falta salir corriendo. No doy tanto miedo, o asco. No entendía que había pasado. Me estaba comiendo la cabeza. Seguro que se irían a chivar a los monitores y me echarían de ahí o algo. Minutos más tarde, veo tres sombras en la puerta. No conseguía ver la cara pero sé que el que estaba en medio era un poco más alto que las otras dos sombras pero ninguno de los tres tenían pinta de ser monitores. Estaba nerviosa, no sabía que iba a pasar y que me iría pasar a mí.

El campamento de verano ☀💘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora