CAPÍTULO 9: "ME LAS PAGAGÁS"

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No dejé que termine de mensionar el maleficio, le tapé la boca ya que si asesinaba a la chica, Laura terminaría en Azkaban.
- ¿Por que me detienes? ¡Se lo merece!. Dijo Laura
- ¡No voy a dejar que te manden a Azkaban! Le respondí
Anaelle intentó escapar para contarle al director lo que estaba pasando y nos expulsen del colegio, rápido saqué mí varita y dije:- Incarcerous. La muchacha cayó al suelo atada con cuerdas, apesar de estar totalmente inmovilizada, ella siguió provocando a Laura:- Dante es mío, el me besó y me tocó toda la noche, algo que a ti nunca te hace. Dijo la Francesa
Laura estallaba de furia, salió corriendo y gritó:- ¡crucio!. La francesa comenzó a retorcerse del dolor en el suelo.
- Mí amor ¡basta! Sabes que lo que dice ella es mentira. Le grité, al oír eso ella detuvo el maleficio, vino corriendo a abrazarme y dijo:- perdón, mí amor.
Solamente me quedaba hacer algo para que Anaelle no diga nada. Me acerqué a ella y dije:- Obliviate. Era la única forma de hacer que ella olvidé todo lo que pasó. Aproveché la situación para hacerle un Imperio y obligarla a que no me acepte para el equipo, así no tendría que irme a Francia con ella.
La prueba de quidditch salió más que bien, el golpeador de Ravenclaw fue quien se ganó el puesto, convencí al director de que el talento de quidditch debía dormir con la Francesa, el director aceptó, así que volví a dormir con Lau. Fui hacia su habitación con mis maletas, toqué la puerta y cuando abrió le dije:- Buenas noches, soy tú nuevo compañero de habitación. Ella saltó sobre mi y me besó.
Pasamos toda la noche acostados pensando en todo lo que había pasado hoy.
- Sabes... Me puse muy celosa cuando Anaelle dijo que la tocaste toda la noche. Dijo Laura sonrojada, me reí, subí arriba de ella y le dije:- Puedo hacertelo a ti cada vez que quieras.
Al otro día Anaelle volvió a Francia junto a Oliver, el golpeador de Ravenclaw.
Pasaron dos semanas desde que Anaelle se fue y un chico con aspecto parecido a ella entró al comedor muy enfurecido y gritó:
- ¡Dante Slytherin! ¡Me las pagagás por habegle hecho eso a mí hegmanita!
Suspiré y sonreí, al fin volveré a enfrentarme a alguien.

Mi decimosegundo HorrocruxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora