Capítulo 3.

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Úrsula.

-¡Más rápido,Frank!-le dije elevando la voz ,no estaba ni cerca de llegar,me lanzó una mirada asesina, y volvió a lo suyo estaba vez un poquitín más rápido que antes.

-¡Lo hago lo más rápido que puedo,Úrsula!-protestó de mala gana,mientras se movía.

-No parece,porque...-y antes de que pudiera terminar de contradecirlo,paró y me miró con cansancio-¿¡QUÉ HACES!?,VUELVE A LO QUE HACÍAS,¡ASÍ NUNCA VAS A COMPLACER A NINGUNA MUJER NUNCA!-le grité lo mas hirientemente posible,¿A que mujer no le gustaba que le hicieran esto?.

-¡¡NO ME GRITES!!-me miró entre furioso y angustiado por no poder lograrlo-¡Es mi primera vez!,se supone que estás aquí para ayudarme en vez de gritarme-me reclinó.

Hice oídos sordos y me concentré en lo que hacía-¿Sabes qué?,dame eso-dije y,le quité el tazón y el batidor de mano,bruscamente.

Me miró encolerizado-¿Qué haces?,¡ya lo estaba logrando!.

-No,no estabas ni cerca,Frank-espeté mientras negaba,soltó un bufido,me dio una última mirada para nada agradable y se fue dando zancadas hacía quién sabe dónde.

El siempre hacía este tipo de estupideces,me pedia ayuda en algo,y luego simplemente se iba enojado,eran tan infantil,e inútil como para no saber ni preparar el merengue para un pastel,aunque eh de admitir que la paciencia no es una de mis cualidades,el ponía esfuerzo,pero al mismo tiempo no tenía perseverancia ni mucho menos resistencia,para soportar mis gritos.

Por lo que después de todo la culpa no era del todo mía.

Tomé la creación de Frank,y la guardé en el refrigerador, luego me emprendí camino hacía el cómodo sillón de la sala,me recosté en el y tomé el mando de la televisión,no encontraba nada para ver,así que simplemente la apagué y traté de conciliar el sueño,hacia varios días que no podía dormir bien,y eso solo significaba una sola cosa en mi,algo muy grande e importante me iba a suceder,y era mas que un hecho que no estaba para nada entusiasmada en descubrirlo. Hacía varios años que yo había descubierto este "don",en mi,que mas que don era una maldición,porque casi siempre me pasaban cosas y eso significaba que a pesar de pasarla mal ya despierta también la pasaba mal dormida,las pesadillas.

No es que fuera psíquica,ni nada por el estilo,simplemente soy una firme creyente de que no importa que tan locos sean algunos sueños o pesadilla,siempre tratan de decirnos algo.

Tomé una almohada y me acurruqué en el sillón,después de unos minutos concilié el sueño,durante unas horas.

-Muévete,Úrsula.Invité a los nuevos vecinos a cenar-dijo Frank moviéndome un poco.Gruñí un poco,luego de unos segundos,caí en la cuenta de lo que había dicho-¡¿Qué tú que?!-elevé mi tono de voz,mis ojos estaban mas abiertos de lo normal, Frank me miró sorprendido y imitó el como abrí mis ojos.

-Si,eso hice-dijo-así que,si quieres estar presentable ve a cambiarte-y miró mi pijama.

-¿Por qué haces esto?,después de lo ridículo que sonaste la primera vez que vinieron aquí,¿Quieres seguir humillándote?.

Frunció el ceño,y antes de que pudiera hablar,lo interrumpí-me llamo Frank y ella es mi hermana menor Úrsula,vamos a la universidad de aquí,no vivimos con nuestros padres,ellos viven lejos, en la ciudad,trabajan,ambos son doctores y nos envían el dinero todos los meses.-e imité su voz de hombre mientras cruzaba los ojos y actuaba como yo lo veía cada vez que se ridiculizaba y que hablaba mas de la cuenta.-Nadie te preguntó dónde estaban nuestros padres,o quienes son,o de qué vivimos,o de que...

-¡Bien!,hablé mas de lo que debía,pero fue porque estaba nervioso!,¿Acaso no lo entiendes?,hace mas de 40 años que no tengo un amigo,y las únicas personas con las que interactúo son con las personas del pueblo,cuando voy al mercado,me emociono,¿Sabes por qué?-me miró desesperado-porque me siento solo,Úrsula...estoy contigo, pero estamos prácticamente aislados.¡Sal conmigo!,vayamos a caminar,siquiera nos sentemos en un árbol a mirar a la nada,¡No lo sé!. Lo único que haces es estar en tu cuarto,leer y de vez en cuando bajas a comer,hablando de eso,sé que tienes comida bajo tu cama y me duele que remplaces mi comida casera con esa comida chatarra.-lo miré divertida-¡El punto es que pases mas tiempo conmigo!,yo no soy como tú,que no necesita a nadie. Yo necesito amigos,y ahora es mi oportunidad de hacerlos,¡Así que deja de burlaste de mi!,porque soy dueño de invitar a quien yo quiera,¡También es mi casa,Úrsula!-lo miré con una ceja levantada,el me miró temerario por lo que acababa de decir,sus mejillas se enrojecieron-¿Si?,¿Soy dueño verdad?-me habló con miedo en sus ojos,tomó mis manos mientras sonreía algo avergonzado-perdón,creo que me sobrepasé.

Asentí-está bien-el me miró sorprendido,casi boquiabierto.

-¿De veras?-sus cejas estaban alzadas. Asentí de nuevo y esbozó una pequeña sonrisa, me tomó de los hombros y depositó un beso ruidoso en mi mejilla.

Con mi mano limpié asqueada mi mejilla mientras el reía.

-Apresúrate,vendrán a las diez-dijo empujándome hacía las escaleras.

Jamás antes habían venido a cenar tantas personas,siempre eramos Frank y yo a donde se hacían las cenas o fiestas.

Me duché,tomé lo primero que encontré y me lo puse. Al maquillarme,escuché desde abajo la voz de Frank alegre saludar a nuestros invitados,sonreí como boba. Olvidé por completo que Frank era una persona que buscaba sociabilizar,de seguro el extrañaba eso,y yo como no lo hacía,pensé que el tampoco. No tenía de la menor idea de lo que sentía hasta hace unos minutos cuando me lo echó en cara,me sentía triste y un poco culpable por como se sentía,en parte era mi culpa,jamás hablaba con el o le preguntaba como estaba,simplemente lo ignoraba porque pensaba que el hacía eso conmigo,claro,a excepción de esos días en los que viajábamos a otros lados y no teníamos mas remedio que hablar el uno con el otro(al menos eso pensaba yo).

Me di una última mirada al espejo,y salí de mi cuarto escaleras abajo,hoy iba encargarme de que esos chicos se volvieran amigos de Frank.

Me dirigí hacía el comedor,y efectivamente ahí se encontraban,Frank sonreía mientras le mostraba lo que había cocinado(una de sus pasiones),ellos asentían y intercambiaban una que otra palabra,al parecer al mas grande también le interesaban ese tipo de actividades culinarias,en las cuales yo nunca me había destacado,apenas podía partir un huevo.

Casi ninguno se había percatado de mi presencia aún,solo uno,tenía el cabello castaño oscuro,parecía sedoso y suave,Brad,mi compañero de camino hacía mercado. Lo cachado olfateando el aroma de mi shampoo en el camino,me pareció tierno,perturbador...pero tierno.

Me miró de reojo,y le di una media sonrisa,pareció no verla porque inmediatamente concentró su atención de nuevo en Frank,o fingió ponerla ahí.

Todos parecían ser buenos chicos,ninguno parecía ser una amenaza aún,los habíamos investigado por si alguno fuera un espía de algún cazador,o algo malvado que nos quisiera hacer daño a Frank y a mi. Por suerte,no encontramos nada raro,venían de una buena familia,por lo que vi,tienen educación y modales,aunque demasiado tímidos a mi parecer,el día en que nos conocimos vi a uno de ellos temblar en cunto me vio,me causó gracia y al mismo tiempo algo de ternura,me sentía con los humos por los cielos,jamás antes ningún chico yo le había gustado o haya mostrado un interés en mi,me sentía bien,mi autoestima subió y eso fue algo genial.

Sin darme cuanta estaba sonriendo como tonta mirando a la nada,apoyada en el marco de la entrada al comedor,-¿Y?,¿Te quedarás ahí?-preguntó gracioso Frank,y cuatro pares de ojos se fijaron en mi,estoy mas que segura que me puse mas roja que un tomate.

-No,no,solo....nada-dije sonriendo.

Frank se encogió de hombros-eso sucede cuando no toma su medicina,hace ausencias-le dijo a los chicos,"secretamente",el tenía que saber que porque pusiera su mano separándome de su boca no significaba que no lo escuchara. Los chicos se rieron,y yo miré a Frank con una ceja arriba,el me sonrió y se unió a las risas de los chicos,eran como una dulce canción entonada por risas masculinas,maravilloso.

Entre las risas miré a Brad,que este me sonreía embobado,y le negué con la cabeza indicándole que no me causaba ninguna gracia la broma de Frank. Pero al final de todo terminé también riéndome del estúpido chiste.

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