VAMOS

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Aspirando profundamente un mal tabaco,  Kim Nam Joon  se pierde ante las luces de la ciudad. Era noche, el trabajo estaba hecho por ese día, no tenía nada más que hacer ahí. Las 8:00 p.m y el seguía parado mirando a través del gran ventanal de su oficina. Suena como un sueño decir que él es director creativo de OE'S, una empresa dedicada a las radio difusoras y la televisión. Su trabajo consistía en revisar los guiones y aprobar las ideas de los programas inscritos en la ley de calidad, verificando el contenido único y original de las compañías con más poder e influencia, y así evitar el plagio, el contenido de dudosa procedencia y la sobre explotación de los artistas.  Así mismo era dueño de Mochi Mo, una estación de radio dedicada a artistas emergentes de la escena musical en Seúl y todo Corea del Sur, su especialidad: Indie, hip-hop y rap. Adoraba su trabajo. Conocía a un montón de gente interesante y se la pasaba de un lado a otro supervisando y colaborando con músicos. 

Vaya, se sentía como un jodido sueño. 

-Señor, por ahora me retiro. Nos vemos mañana- habló bajo su secretaria Ashley.

-Oh, Ashley. Lo siento.

-No se preocupe. Estaba ayudando al chico nuevo. No podía parar de preguntarme sobre como funciona la computadora de escritorio- ríe un poco- al parecer es obsoleta para alguien como él y eso que es de hace un año. 

-¿SeHun?, ¿aún sigue aquí?

-Dijo que solo iba a revisar una cosa más. Después de explicarle el sencillo y básico método de prender y apagar el aparato me ha pedido que me retirará.

-Ese chico es un genio de la tecnología. Digamos que es un sistema operativo andante, sólo necesita tiempo para adaptarse. 

-Ya lo creo, además trabaja para Google también, ¿no?

-Si, es todo una eminencia de las aplicaciones- Nam Joon exhala profundamente su cigarrillo mientras lo intenta hacer trizas en el cenicero. Es curioso que todo lo que se propone destruir salga bien logrado mientras que lo que no, salga muy mal parado. Es un dolor en las bolas. Mira con curiosidad a Ashley, aquella chica tan fresca y elegante, sus ojos soñadores le hacen deducir sobre lo que esta pensando.

-¡Es emocionante convivir con tantas celebridades!- sonríe y lo mira sugerentemente. Sabía que ella diría algo así, Ashley es tan transparente respecto a todo. Si fueran otras circunstancias ahora mismo estaría proponiéndole una salida o algo que quebrantara su espacio personal. Pero la estimaba demasiado como para tontear de esa manera, además no era totalmente su tipo. Ahora mismo podría decirse que tenía el corazón roto, pero tampoco era el caso. 

-Ashley, yo sólo soy un tipo con suerte. Será mejor que te vayas ahora, es tarde.

-Claro, hasta mañana- se despide.

Ahora pensaba en Hyorin su ex novia. Le gustaba mucho pero hasta ahí. Hace dos semanas cuando ella decidió terminar lo que tenían, espero a que sucediera algo. Sentir como su corazón se quebraba, el sonido del crack más lágrimas. Nada sucedió. Por aquellos días tenía agenda llena y pasó el tiempo en Mochi Mo, su amada radio.  Ahora que se encontraba solo y con las luces de la ciudad como testigo, estaba intentando sentir algo de pena en el corazón. No podía. Quizá no tenía el talento de los corazones rotos, ''no puedo destacar en todo'', pensó con burla.

Ya en el el pasillo de uno de los corredores se encontró a SeHun, el chico no parecía estar extraviado, parecía esperar a que el elevador se abriera. Se encontraba frente a la puerta mirando los botones, picando uno aquí otro allá. Recordó lo que Ashley le contó, río bajo y se acercó.

-Hey SeHun, hola- saludó, el chico volteó impávido lo miro cerca de cinco segundos sin decir nada. Su cabello negro y algo crecido se adhería a su frente tapando un poco sus ojos. Las pecas que tenía bajo sus ojos y el color pálido de su piel eran un factor de preocupación respecto a su salud,  pero seguramente el chico no salía mucho a la luz del sol.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2020 ⏰

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