Fortuna observó la escena desde la ventana, Ocasiòn la codeò desesperada .
¿Te diste cuenta de lo que va hacer? _ Le preguntò con ansiedad a su querida amiga, Fortuna tranquila asintiò con su cabeza.
A travès del vidrio estaba la dama en cuestiòn, por primera vez, despuès de haber estado rodeada de ocasiones desoladas, tomò la decisiòn de nuevamente levantarse y entrar al juego; con desconfianza y abundante incredulidad.
Fortuna sonrió y pensò ¿por què no?, giró con suavidad su timòn y en esta Ocasiòn cambió su destino.
A unos kilòmetros de ahi, aburrida estaba Tiquè, al evidenciar que su compañera jugaba, quiso ver a què.Con cautela observó la imagen y supo con quièn entretener la Fortuna que en esta Ocasiòn se presentò.
A Tiquè le gustaba observar bastante a los humanos distraìdos en las nubes . Algunos buscando sin encontrar. Recordò que tenìa asignado en su mente a un tozudo soñador , que Venus habìa hechizado desde que naciò.Fue enseguida a donde estaba èl. Lo observo y arrojando su pelota hacia arriba se rio, no muy fuerte por temor a que Nèmesis tomara el control.
Con tantas Diosas dando vueltas, se encontraron sin buscarse el soñador tozudo y la dama.
El soñador tenìa sus raìces fuertes, arraigadas en el sufrir de estas tierras, la dama tenìa narraciones con mitologìas de tierras lejanas; sòlo Fortuna y Tiquè podìan haber provocado este destello .
Desde el norte helado Loki observó a la dama, ella le pertenecìa. Con prisa se aventurò a este juego del azar.
Ocasión lo vio llegar .
El Dios travieso se acercó a las Diosas y con risa burlona les dijo: _ Fortuna, que bella estàs, Tiquè ,¿siempre jugando con los demàs?.
Tiquè respondiò :_ Touche.
Loki casi sin recibir las palabras que Tiquè habìa pronunciado, continuò:_ Parece que tienen todo arreglado por acà... ¿qué hay de las desdichas y desencuentros que estos mortales tienen que pasar? .¿Son merecedores del obsequio bello que ustedes les acaban de entregar?.
Las dos titubearon, no estaban para cosas serias, era tan sòlo la Ocasiòn y el azar lo que las habìa provocado aventuràndolas al juego, ¿quièn merecìa o no ?, no era cuestión de ellas.Y con temor de alterar a los Dioses o provocar malos tratos por parte de Loki se marcharon, dejando a esos dos mortales en las manos de este intrigante, caprichoso Dios.
La Fortuna que los uniò se vio en esta ocasiòn como un destello fugaz similar a un meteorito.
Este Dios entrometido cubriò de incertidumbres e imprevistos a estos simples mortales.
Cada uno continuò recordando el fuerte destello que les provocó el haberse encontrado.
A veces Loki se distraìa y Fortuna aprovechaba y arrimaba a la dama; otras veces Tiquè colaboraba con el tozudo soñador y asì, encuentros aislados con destellos luminosos volvìan a suceder.
Largo tiempo este Dios caprichoso se empecinò con ellos.
Un dìa del nuevo año, Ekeko deidad ancestral de esas tierras , procurador de la abundancia, pasò justo por la zona andina, donde el soñador tozudo vivìa, se detuvo al escuchar al tozudo soñador que se maldecìa de su desdicha. Ekeko escondido detràs de una roca pasò largo tiempo tratando de comprender el por què de las desdichas de este humano.
Al llegar la noche pudo apreciar una figura delgada, con traje ceñido que seguìa al tozudo como si fuera su sombra .Ekeko frotó sus ojos, no podìa creer lo que veìa, Loki disfrutaba rièndose a carcajadas mientras el tozudo refunfuñaba.
Ekeko pensò y dispuso que esta ocasiòn era menester suyo colaborar con la suerte de este soñador. Prendiò un cigarro y con su humo ahuyentó al fastidioso Loki.
El tozudo soñador era conocedor de los encantos de esta tierra y como el Ekeko ha sido siempre una deidad agradecida, fue asì que le entregò el obsequio que tiempo atràs Fortuna y Tiquè le habìan acercado.
El soñador encontrò a la dama.
Y como sucede en ciertas ocasiones los Dioses continuaron jugando con estos simples mortales convirtiendo los enredos en historias.
¿Y què pasò con ellos? ...
Bueno, la historia la estàn escribiendo entre los dos, ahora mismo, a veces bailan el tango del desencuentro, otras un chamamè de amor pobre ,bien apretados para no perderse, zambas de recuerdos, o simplemente se ríen de los Dioses y desafìan los ritmos que los hacen bailar.
