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ChanYeol caminaba a paso ligero hacia la puerta de su escuela tomado de la mano de su madre.

Estaba feliz, disfrutaría de otro día de escuela.

A ChanYeol le gustaba asistir, pero se ponía triste cuando lo regañaban por gritar y correr de acá para allá. Se tranquilizaba cuando su mamá le decía que no estaba mal expresar su alegría siendo revoltoso.

Con eso en mente, despidió a su mamá, esta vez sin llorar.

Ingresó al salón, colocó su mochila en su sillita y se sentó a esperar.

Exactamente pasaron cinco segundos cuando decidió que estaba perdiendo el tiempo, así que, con un sentimiento extraño en el cuerpo, examinó a detalle quien de sus compañeros ya había llegado.

Se alegró al ver el ambiente de siempre; LuHan, al que molestaban por parecerse a una niña, peleando con Sehun, quien siempre le decía que era tan bonito como una princesa.

En una mesa alejada estaba Suho charlando con Yixing, el niño extranjero, que aunque pareciera que en cualquier momento caería dormido sobre la mesa, ChanYeol sabia que Yixing siempre escuchaba muy atentamente a Suho, probablemente era el único que lo hacía.

Luego, miró por la ventana y vió a BaekHyun persiguiendo a JongIn por el extenso patio. Rió, pues era consiente que BaekHyun sabía lo nervioso que JongIn se ponía al ser perseguido. BaekHyun se excusaba diciendo que le gustaba ver su cara de susto cuando lo hacía.

Su risa se intensificó cuando vió a BaekHyun abalanzarse sobre JongIn y comenzar a rodar por el pasto mientras el menor gritaba por ayuda.

Sin embargo, la diversión se esfumó al notar que algo no cuadraba.

Observó por todos lados. Algo estaba fuera de lugar.

Algo faltaba.

Hasta se fijó dentro de sus pantalones. No seria la primera vez que olvidaba ponerse su ropa interior.

Pero no, allí estaba.

Miró a su alrededor una vez más.

''¿Como no lo noté antes?''

La silla a su lado estaba vacía.

Faltaba alguien.

Faltaba Do KyungSoo.

El niño por el que a ChanYeol le gustaba asistir a la escuela.

Cuando su madre le preguntó quien era su pinguino, ChanYeol no dudó en responder que era Do KyungSoo; aquel niño callado, fastidioso pero tierno como el cielo. Con sus ojos grandes y labios en forma de corazón.

ChanYeol podía pasar todo el día observandolo. De echo, lo hacía.

Por eso mismo a veces volvía con pequeños moretones a casa.

Al pequeño de ojos grandes no le gustaba llamar la atención de nadie, y menos si ese alguien no disimulaba nada su mirada.

ChanYeol volvía a decirle a su mamá que ''no importa mamá, él es así, es un pinguino enojon... pero tierno.''

ChanYeol volvió a revisar cada mesa, cada rincón de su salón. Incluso salió al patio, inspeccionando hasta detrás de los arbustos, pero no había ni rastro de su pinguino allí.

ChanYeol ya tenia los ojos llorosos. KyungSoo siempre solía estar sentando en su asiento, refregándose la carita y quitando las lagañas de sus ojos producto del sueño.

El no entendía, ni le importaba, por que las lágrimas caían sin cesar, solo quería ver a KyungSoo como todos los días.

Después de darse por vencido en el patio, caminó hasta la puerta de su sala, cabizbajo, desesperanzado, pues su compañero siempre era muy puntual, con respecto a todo.

Asomó a penas la cabeza al salón, con la ilusión de ver la mochila de KyungSoo junto a la suya.

Pero no, la silla seguía vacía.

A ChanYeol le empezaba a doler el estomago. No, le dolía más arriba. Jamás le había dolido allí.

Cuando no vió a nadie cerca, se sentó al lado de la puerta, escondió su cabeza entre sus rodillas y lloró.

Su llanto se compara con el primer día de escuela, cuando supo que su madre no iría a clases con él.

Llanto que se desvaneció al ver la paz de aquel niño, que solo dejó su mochila en la única mesa vacía y se sentó, sin ningún tipo de expectativa.

ChanYeol pensó que si ese niño estaba tranquilo, él también lo estaría.

Desde entonces se sentaban juntos. Desde entonces siempre veía sus mochilas juntas.

Excepto por ese día.

Y cuando ChanYeol estaba apunto de levantarse e ir en busca del consuelo de su maestra, oyó unos pasitos lentos pero fuertes llegar hacia el.

ㅡChanYeol-ah, ¿estás llorando?

ㅡ¡KyungSoo-ah!

ChanYeol se levantó rápidamente, tomando entre sus brazos al bajito, aprentandolo con toda la fuerza que sus brazitos largos le permitían.

ㅡ¡ChanYeol-ah! ¡Suéltame!

Pero ChanYeol no le hizo caso. Solo se aferró más a él.

Por un momento pensó que KyungSoo no aparecería jamás, y ahora que lo tenía entre sus brazos, no lo soltaría hasta un buen rato.

KyungSoo supo que era tonto resistirse, así que solo estiró sus brazos y rodeó al mayor, alimentando aquel abrazo que ChanYeol necesitaba tanto y que, ahora, KyungSoo también estaba disfrutando.

ㅡKyungSoo-ah, no vuelvas a irte nunca más.

ㅡSolo llegué cinco minutos tarde ChanYeol-ah, ni siquiera ha tocado el timbre para entrar a clases.

ㅡPrometelo, nunca te irás.

KyungSoo suspiró, no entendía las palabras de su amigo, pero como no quería verlo llorar de nuevo, cedió.

ㅡLo prometo ChanYeol-ah, nunca me iré.

ChanYeol volvió a asfixiarlo en un abrazo, tomando su mano al mismo tiempo y arrastrándolo al salón de todos los días.

Viendo sus mochilas juntas y sus sillas en perfecta cercanía.

Ahora si que todo estaba en perfecto orden.

♡♡♡

Espero les haya gustado este One Shot♡.

Poco a poco iré publicando todas mis historias ChanSoo♡.

Sientanse libres de comentar~

Junx~

su silla está vacía - chansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora