cap. 10

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Hibari dejo sola a la menor al ver que estaba en su nube, no era como el herviboro; es obvio que omitió muchas cosas, ya tenía bastante con saber que murió en el futuro como para saber en la manera cercana que ellos están, a pesar de ser un guardián principal de Vongola, también pertenecía a la externa como mano derecha de Haru.

Sabía que tenía un debate interno, como para aumentar las cosas diciéndole que en otra misión donde debían acabar con un traidor de Vongola y por un descuido menor de Haru casi le da una bala directo a la cabeza sino hubiera sido por los reflejos del azabache que la empujo y la bala solo rozo su brazo. Aunque claro Haru hizo todo un drama y se culpaba por la negligencia que cometió.

Tampoco quería decirle que en los días que él estuvo en reposo, ella cuido de él como forma de redimirse. Hibari aprovecho eso y en una ocasión le robó su primer beso francés a la jefa, no recibió bofetada, pero si el nerviosismo de la joven cada vez que ambos estaban solos en la oficina de la primera por el papeleo.

Tal vez Gokudera Hayato se ganó su corazón, su primera vez y su último suspiro, pero el tuvo la gran satisfacción de probar esos labios carnosos y rosados que pedían a gritos ser devorados por un carnivoro como él, para muchos eso sonaría estúpido, pero para Hibari era un gran premio, sonrió de lado al recordar todo eso al tiempo que iba a la cocina por agua.
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Gokudera rogaba por no encontrarse a Haru, la casa no es tan grande, pero tampoco es pequeña. Solo quería evitarla lo más que fuera posible. Suspiro resignado y se dejó caer en la cama. Es obvio que no fue su día.
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Futuro.

Fuuta caminaba junto a lal por los pasillos de la mansión. Ninguno decía palabra alguna, solo iban al mismo lugar, como si fueran extraños coincidiendo al mismo sitio.

—¿como estarán Tsuna-nii y los demás en el pasado?—fuuta no aguantaba la atmósfera y prefirió romperla aunque sus huesos queden igual, pues la ex arcobalenos no se veía en cabales para contestar.

—sawada sabrá manejarlo, confía en él—el joven asintió pero eso no quitaba que tuviera miedo, pues el jefe de arcra también se encuentra en el pasado y cualquier error, cambiaría todo.

—vamos a ver cómo se encuentra.—lal saco de su mundo a fuuta, este asintió y tomaron la desviación en el siguiente pasillo.
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Al día siguiente todo parecía normal, Hayato evitaba lo más posible a Haru y diseversa. Toda la familia se dió cuenta de eso.

Y como no, pues en el desayuno; cuando Haru quería entablar la conversación apenas y el albino le contestaba sin contar que fue el primero en terminar.

Mientras todos salían la tormenta se excuso diciendo que debía llegar antes pues el director quería hablar con él, Haru hizo lo mismo luego que vio prudente su huida, donde a rastras se llevó a Chrome, en el receso quedaron de verse en el techo de Midori. Pero solo hayato fue el único que no apareció. Tsuna sabía que a veces Hayato suele tener esa actitud cuando no quiere hablar de un tema que le incomoda, todos lo saben. Menos Haru, ella no se veía ¿triste? ¿confundida? ¿rechazada? No, ella estaba a sus límites de paciencia, estaba por explotar y sin importar nada iría a gritarle a Gokudera muchas cosas. Así que se le ocurrió lo más sensato del mundo.

—haru...¿hoy tienes prácticas de gimnasia?—todos dejaron de hacer lo que hacían para tomar atención al jefe.

—hahi, es verdad, Haru tiene prácticas hoy...¿por que preguntas Tsuna-san?—el castaño sonrió ampliamente, algo que Haru no persivio fue el aura traviesa que se escondía detrás de una sonrisa angelical.

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