Capítulo Uno: El gran día.

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Narra Bessie:

Sábado quince de abril... La alarma suena, retumba por toda mi habitación... Mi cálida habitación a la cual tengo por seguro que echaré mucho de menos. ¿Qué mejor qué estar en tu casa?, con tu gente. Pero bueno de algo tengo que vivir en el futuro y aquel Reformatorio que se encuentra a unas 6 horas de mi hogar aproximadamente. Se dice ser el que mejor maestros y enseñanza otorga. Además, tengo una beca al igual que mi odioso y tierno hermano,Isaac.
Todos creerían que es genial ir a un nuevo lugar con alguien de tu sangre pero no creo que lo sea. Al menos, no con él. No a su lado. Me levanto arrastrando cobijas al suelo, llevo mis manos a mi boca para cubrir mi alargado bostezo. Luego estiro un poco mi cuerpo y abro mis ventanas observando la hermosa vista, un árbol de cerezo en su real perfección junto a otras plantas... Los pájaros cantando y el agua de la fuente recorriendo las subidas y bajadas. El templado aire entra de golpee hacia mi cara y suelto una leve sonrisa.
–Buenos días, los extrañaré demasiado.–
Comenté hacia todo lo que estaba viendo. Quería capturar un buen momento de este lugar. Mañana es mi cumpleaños número 16, increíblemente aburrido. Era el cumpleaños que más esperaba desde que era una cría y ahora estaré en un lugar que:
1.- Puede que sea desastrosamente horrible.
2.- Aseguro que me tocará una pésima compañera de habitación.
3.- Nadie lo recordará.
4.- Estaré encerrada organizando todo para el lunes, inicio de clases. Y...
5.- No conoceré a nadie, aunque si lo hiciera. No haría diferencia alguna.
Mamá insistía en que debíamos ir perfectamente arreglados. Demostrando un buen nivel social que no tenemos, al menos no somos gente que si puede desparramar dinero. Claro, tenemos... Lo suficiente para vivir de una manera envidiable para mucha gente. Dejé las ventanas abiertas y caminé hasta el baño tomando la toalla de una puerta de mi clóset. Coloco la toalla en el toallero y empiezo a quitarme la ropa. Empiezo por desatarme la bata color crema y luego me inclino un poco bajando mis bragas. Les doy un leve empujón con la punta de mi pie mientras me desabrochó el sujetador. Ambos eran de un tono rojo con encaje. No me preocupada mucho por que usar ya que no soy de esas personas que suelen tener relaciones sexuales a cada rato o con cualquiera pero, admito que me encanta la forma en que estos tipos de conjuntos se adhieren a mi piel haciéndola ver perfecta, sexi y a la vez inocente. Mis curvas, las que siempre trato de ocultar igual que mi buen dote de pechos y trasero. Bueno el caso es que mi cuerpo dice otra cosa y mi cara otra... Lo cual me agrada. Mientras me baño empiezo a cantar un poco de "Coldplay" y a bailar en alguna otra canción que interrumpía como "WOP de FLORIDA, Cannibal, entre otras." El agua estaba tibia, no me ayudó a despertar por completo pero sí lo suficiente como para afrontar este día.Me envuelvo en la toalla y con otra me seco el cabello. Elegí... bueno no, me coloqué el vestido azul (el cual era algo corto y pegado, incluía una cinta o algo así para el cuello) que me había elegido mi madre para este día. Es un milagro que no me elija hasta la ropa interior.

Narra Isaac:

Escucho el estresante sonido de la alarma, me encuentro boca abajo y con un horrible dolor de cabeza y congestión nasal... –Cállate estúpida cosa.–
Digo girando la cabeza aun con los ojos cerrados. Odio las horribles mañanas por completo. Hoy empieza una supuesta "fabulosa" aventura lejos de mi cama, mi almohada, mi despertador.... y todo lo que se encuentra en la casa excepto por mi ropa y mi hermana... esa pequeña estúpida me acompaña,con ella espero que sea genial ya que, no soy muy sociable que digamos, a decir verdad soy muy conflictivo y creo que nadie se junta conmigo por eso...
La alarma seguía sonando, estiro mi mano con dificultad y presiono el pequeño botón que se encuentra encima de este horrible aparato creado para torturar personas, al instante el objeto por fin hace silencio.Abro mis ojos intentando no cerrarlos inmediatamente, cubrir hasta la cabeza con la sábana y dormir todo el maldito día... como lo mencione alguna vez en mis 18 años, amo más la noche  que el día...
Suelto un suspiro antes de estirarme levemente, me siento en la orilla de la cama haciendo que mis pies no toquen el suelo frío. –Hola nuevo día...–
Susurro para mí, me encogí de hombros y me levanté haciendo tocar mis pies el suelo frío, me dirijo hacia mi ventana, abro las cortinas cremas que impiden que el horrible sol entre pero al final termina entrando, irritando completamente mis ojos.
–Pudrete maldito sol.–
Digo con los ojos entrecerrados por el maldito sol. Sacudo mi cabeza despeinando mi cabello más de lo que ya estaba. Giro levemente la cabeza viendo la fotografía enmarcada que descansaba en mi mesa de noche, se veía un rostro joven y hermoso... cabello castaño igual de hermoso, labios teñidos de un color rosado leve, obviamente es mi hermana Bessie, sonrío de lado y camino hacia el ropero dónde está el esmoquin que mi madre compró. Ella insiste de que debemos ir arreglados y con toda la bola de mierda puesta. Estiró las manos abriendo las puertas del armario, agarro el esmoquin y lo dejo encima de la cama. De inmediato tomo mi toalla,entro al baño,dejo la toalla a un lado y bajo mi pantalón de dormir ya que solo llevaba este quedo en bóxers rápidamente, bajo estos al igual que mi pantalón dejando el frío apoderarse de mi cuerpo, a veces extraño al sol, amodio al señor sol. Estiro mi mano hasta la llave de la ducha y la giro un poco dejando caer el agua fría. –Claro como uno es inmune al frío...– Giro otro poco y sale demasiado caliente. –Y ahora soy el hombre horno...– Susurro y giro un poco haciendo que este en el punto exacto para tomar una buena ducha de horas y horas...
Entro y dejo que las gotas cayeran en mi piel y cabello, mojando todo a su paso...

The secret of the Claire brothers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora