Narra Daniel:
Mamá y papá hablaron con la recepcionista y nuestras habitaciones estaban en el tercer piso, el mío era el 314 y el suyo 315, nos explicaron que había una piscina, el comedor que usualmente ahí encontrabas a todos tragando, una cancha de básquet, una cancha de fútbol, entre otras cosas. También nos dijeron sobre no salir fuera del reformatorio y sobre todo que me quieren sobrio el resto de mi vida que me quede aquí. No quieren que provoque ninguna pelea y que proteja a su princesa, a su niña amada y adorada, o sea Bessie, mi hermana.
Mi madre también me dió algunas recomendaciones, si embarazo a cualquier chica probablemente me castre con los cachos de judas o algo peor, mi padre por otro lado no me dijo nada tampoco es que quisiera que me dijera algo o me diera algún tipo de recomendación, no tolero a mi padre, y las pocas veces que cruzamos palabra alguna es por mi hermana o mi madre.
Después de eso, se fueron a mi madre le dolía un poco más que a mi padre, se fue con su maquillaje un poco corrido y un pañuelo en manos, como si fuera una película pero realmente la extrañaría, amo a esa mujer, y sus manos suaves.-Bueno vámonos.-
Dije un poco disgustado a Bessie, ahora todos me miraban raro como si fuera un maldito bicho raro por su culpa, adiós a la primera impresión aunque tampoco pretendo hacer amigos. Tomé sus maletas de distintos colores incluso me mareaba un poco, presione el botón del ascensor haciendo que las puertas planas y relucientes se abrieran dando paso a otro ambiente, uno más angosto. Paredes cubiertas con tapiz rojo y dorado, como si eso fuera a dar una buena y gustosa impresión, entramos y presioné otra vez un botón esta vez el del tercer piso, las maletas pesaban mucho así que decidí dejarlas en el suelo, el ascensor se puso en marcha, no crucé palabra alguna con Bessie hasta ahora.
Narra Bessie:
Después de qué la recepcionista informó a mis padres de los números de habitaciones comenzaron a soltar sus típicos consejos, mamá se encargaba de Daniel y papá de mí... Aunque creo qué debería ser al revés... Mientras papá me aconsejaba mi mente estaba estallando, creí qué aquí me alejaría de Daniel, aunque sea un poco pero ¡NO! le tenía qué tocar una habitación junto a la mía. Después se juntaron ambos padres.
-Elizabeth (Mamá): Nada de alcohol a excepción de los sábados, Bessie nada de salir embarazada y sí vas a andar con alguien qué sea algo formal y nos lo debes presentar... Deberías tener una relación cómo la de Daniel con Erika, porqué no aprendes nada de tu hermano Bessie.-
Rodeé los ojos y desvíe mí mirada, ví a un chico demaciado lindo.. Ojos café, cabello castaño, de tez blanca, llevaba una camiseta blanca dejando a la vista un tatuaje pequeño de una aventura en su brazo, estaban marcados, supuse qué levantaba pesas. Creo que mis padres notaron qué al menos de mí parte no estaban recibiendo atención porqué ahora mi madre pasó a hablar con Daniel y mi padre se quedó callado... Continué examinando a aquél chico, no ví maletas por ningún lado así qué supuse que éste no era su primer año aquí... Escuché otro comentario en contra mía de mí madre y rodee mis ojos, después de eso me dí cuenta qué él chico ya había fijado su vista en mí y me dedicaba una amplia sonrisa, la cuál era demasiado linda, le sonreí y devuelta llena de pena. Me voltee y les dí un abrazo a mis padres.
-¡Nos vemos luego!-
Dije recargada a la recepción y moviendo mi mano a manera de despido. Hice una pequeña mueca y asentí ante la voz gruñona de mi hermano, tomé unas pequeñas maletas para que el resto las cargara él. Caminé algo rápido cuándo pasamos cerca de aquel chico, tomamos el elevador en silencio,no pensaba disculparme, ni hablarle... Al menos qué él lo hiciera primero.Narra Daniel:
-No te acerques a ese chico.-
Digo por el chico que le sonrío en la recepción, supongo que mi trabajo era cuidar de Bessie y me imagino que así lo haré, y si quiere tener algún novio tendrá que pasar por mi cadáver, incluso pretendo hacerla monja, y así evitar que cualquier estúpido se pase de listo con ella, además cambiaría, todos lo hacen con novios y novias, no sería la pequeña Bessie que conozco,y ni siquiera me da buena impresión ese chico.
Salimos del ascensor cargando las maletas, realmente pesaban.
-Para la próxima no lleves todo Narnia por favor.-
Digo un poco serio pero a la vez bromeaba, busqué las habitaciones... 311...312...313... bien 314 dicho número grabado en una puerta grande de color marrón. Saque las llaves del bolsillo superior de la camisa, metí una de las llaves en la cerradura y encajó de inmediato,la giré un poco abriendo la puerta, cuándo la abrí pude ver dos camas más y unos cuantos pósters colocados a un extremo de la pared pintadas de un color azul, por lo que se las habitaciones eran por géneros: femenino y masculino así que por una parte me sentía aliviado, por otro lado no mucho ya qué tenía que compartir con otras dos personas más.
Dejé mis maletas a un lado y algunas encima de mi cama, esta era mediana a comparación de mi cama allá en mi habitación.
-Bueno vamos a la tuya.-
Digo saliendo y dirigiéndome a la habitación del costado, la que vendría a ser la de Bessie.Narra Bessie:
-No sé a qué te estás refiriendo, ¿Qué chico? Creo qué eso de estar sin pantalones por unos segundos ya te afectó el poco cerebro qué tienes hermanito.-
Murmuré con una sonrisa egocéntrica expresada en mí rostro. No pienso hacerle caso, vine para estar lejos de tantas normas qué hay en mí casa, el alcohol y esas cosas no me preocupan, el único problema que puedo ocasionar aquí es alguna pelea, siempre me a gustado pelear ya sea con arma o sin arma, solía practicar defensa personal y tiro con arco para pasar menos tiempo en la casa. Y el chico me pareció de lo más encantador, espero conocerle pronto sin parecer toda una "zorra desesperada" pero la verdad me gustaría comenzar a tener amistades, y eso qué recién vengo llegando.
-Te da igual, son mis cosas. Puedo cargarlas yo sola.-
Mentí, la verdad jamás podría. Pesan demasiado, apenas y logro cargar la del maquillaje. Lo sigo hasta su habitación mientras analizo los pasillos, algunos chicos de la edad de Daniel, otros de mi edad y con sus padres,en fin, no parecen tan amigables.
-Claro, cómo sea.-
Murmuro y cambio la maleta hacia mi otra mano, ya me había cansado. Continué caminando esta vez con la mirada fija al suelo, no quería tropezar y quedar en ridículo. Me quedo parada detrás de él esperando a qué abriera la puerta cuándo lo hace lo escucho decir algo pero no logro entender qué, creí qué no era algo importante hasta que escucho gritos de una chava y me asomo, genial, la que supongo que es mi compañera de habitación casi desnuda, y mi estúpido hermano observándola.
ESTÁS LEYENDO
The secret of the Claire brothers.
Teen FictionUna historia narrada desde ambas perspectivas: Dos hermanos, una pequeña de 16 años y un chico de 18 años, tan diferentes pero tan iguales... son llevados a un reformatorio por sus padres por una beca en este lugar donde esconden secretos, romances...