Me llamo Karen y soy ninfomana

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Acabo de despabilarme, (una hora no muy común en la que yo suela encontrarme despierta) y ahora solo me miro en el espejo que tengo frente a mi cama.

Intentaba recordar el sueño tan excitante que había tenido esa noche.

"Alguien desconocido, quizás un viejo ex. Me desnudaría lentamente el cuerpo, con sus rudas manos, capaces de hacer rugir a cualquier mujer debido al placer intenso provocado. Me acariciaría los labios causando así un nivel de excitación más profundo. Nos hallaríamos desnudos en medio de la nada e intentaríamos copular con el único objetivo de matar la soledad y el silencio, con nuestros gritos de placer..."

De pronto suena el teléfono, era mi amiga:

-¡Buenos días dormilona! - Dijo ella, excluyéndome completamente de mi pensamiento sexual-.

-Buenos días,-le contesté en un tono bajo y algo confusa- ¿qué se te ofrece a estas horas de la mañana?

-Los chicos y yo habíamos tenido la idea de quedar esta noche, hay fiesta en la plaza.-Respondió ella dejando soltar una risa simpática- Quería saber si te apetece un poco de movida esta noche.

Mi mente automáticamente relacionó las palabras: chicos, fiesta, noche... con sexo.

"No Karen, no puedes ir, ya te conoces. Querrás tirarte a algún tío bueno, como de costumbre..."

-Creo que no iré, tal vez vea una película o algo.-Contesté con una excusa no muy buena.

-Bueno, te conozco - Me dijo, muy evidente.-Tú ya sabes que mi oferta sigue en pie, así que te dejo para que te lo pienses mejor.

-Okay, yo te digo si eso, un beso.

-Hasta esta noche... - Dijo graciosa y muy segura de que iba a acceder a su propuesta a la vez que suelta otra risa de las suyas.- Te quiero.

Al levantarme de la cama, fui directamente al baño, me despojé y me metí a la ducha.

"Mientras cerraba los ojos... El agua me recorría el cuerpo, y este recordaba las caricias que le hacía aquel hombre de la piscina. Cuando sus manos intrusas manos se colaban por debajo de mi bikini y hacía leves masajes en mis pechos que cada vez iban siendo más profundo..."

Ahora mis manos se mueven sobre mis pechos al compás de las imágenes de aquel recuerdo que evocaba mi mente.

"Era capaz de recordar el roce impremeditado de nuestros órganos sexuales, de la manera en que nuestros cuerpos se atraían dentro de aquella piscina solitaria, en la que solo nosotros éramos protagonista de aquel acto de placer y la piscina era nuestro cómplice de dicho acto."

Suena el móvil y mi pensamiento vuelve a ser interrumpido, una notificación.

Suena el móvil y mi pensamiento vuelve a ser interrumpido, una notificación

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