Recuerdo perfectamente como empezó todo, realmente aquel día pensé que conocerle sería el peor castigo y en parte lo fue. Sus primeras palabras hacia mi están grabadas en mi mente a fuego. “Mira por donde vas, gilipollas” Y después de ese momento, el destino nos quiso juntos. ¿Como era posible que con lo grande que era Londres estuviera siempre donde yo estaba? Casualidad o destino, lo que cada uno prefiera creer.
No sé como dí llegado a casa, pero lo hice. Con todo el cuerpo dolorido y sangre corriendo por mi brazo me metí en el baño. Me quite la ropa y la deje en el suelo, me mire al espejo y no era tanto como el dolor me hacia creer. Esta era una de las veces que mas perjudicado salí, una raja en mi brazo derecho y moratones por todo el abdomen, pero peor había quedado mi atacante. Muerto.Alguien quería verme muerto y tenía que averiguar quien. En cuanto lo hiciera me encargaría de matarlo.
Le dí a la palanca del agua caliente, me metí debajo del chorro haciendo que todos mis músculos se relajaran. Me enjabone el cabello y el cuerpo, sacando todo resto de sangre. Me seque con una toalla y me puse unos boxers, después de echarme crema en todos los moratones y ponerme una venda en la herida, me metí en la cama. Deseando que mañana el dolor fuera inexistente, pronto me quede dormido. Caí en un profundo sueño, uno que no me gusto mucho. Una chica gritaba mi nombre y mientras lo hacia mi pecho dolía pero no podía ayudarle ni saber quien era. Me desperté agitado y mi deseo no se había cumplido. El cuerpo me dolía mas que el día anterior, en cuanto apoye los pies en el suelo un escalofrío recorrió mi espina dorsal, estaba congelado. Haciendo un movimiento rápido y ligero agarre mis zapatillas, eso hizo que mi cuerpo doliera. Salí de mi cuarto y fui al baño, el interruptor de la luz estaba manchado de sangre y toda la ropa tirada por el suelo. Lo limpie antes de que llegara Antona. Me peine, lave la cara y desayune. Después de lavarme los dientes, me vestí con un jersey grueso de lana gris, unos vaqueros negros y unas botas.
En la nevera deje una nota : “Antona no vengo a comer, puedes irte antes. Gracias”. Ella era como mi segunda madre, me cuidaba más que ninguna otra persona. Siempre me tenía la comida hecha, y era una diosa cocinando. Como decía mi madre “ a un hombre se le conquista con el estomago” y que cierto.
Cogí mi cazadora de cuero y salí de casa, baje al garaje y me monte en la moto. Ya llegaba tarde a trabajar, pero no estaba preocupado. Veinte minutos después estaba delante del gran edificio “Editoriales Horan&Malik” Nuestros padres habían fundado estas editoriales, y después de que los dos murieran en un accidente, Zayn y yo, amigos desde siempre, nos hicimos cargo de la dirección. Yo ya había estudiado para esto, me apasionaba la literatura y todo lo que tuviera que ver con ella, el había estudiado derecho y administración. Los dos sabíamos como dirigir una empresa, el entendía de esa parte y yo de la mía. Aparque la moto, entre en el edificio. Kate, la recepcionista, estaba sentada de la gran mesa. Como solía hacer me miro de arriba a abajo y me dedico una sonrisa seductora. Esa chica era demasiado artificial. Le guiñe un ojo y seguí el camino hacia mi oficina.
Cuando abrí la puerta, Zayn me esperaba sentado en la silla con los pies encima de la mesa.
-Quita los pies de ahí.-
Lo hizo y se levanto, deje la chaqueta en el colgador y pude ver que ya había varios papeles sobre mi mesa. Un café descansaba en la parte derecha.
-A las ocho te quiero listo, abren un nuevo pub. Así que saldremos.-
-No tengo muchas ganas, otro día.-
-Niall James Horan hace meses que no salimos, así que te llevare arrastras si es necesario.-
-Adios Zayn-
Lo empuje fuera de la habitación, encima de todos los papeles había un posit. Era de Sophie, hoy le había dado el día libre, “los curriculum para la plaza de prácticas”. Lo deje para el final del día, odiaba cuando llegaban estas solicitudes, la mayoría querían tener en nuestra editorial las prácticas pero pocos valían la pena. Aun que esta vez me sorprendí, había uno que encajaba perfectamente con esta empresa. Sabía hablar español y controlaba lo básico de alemán. Su medía era de diez y había terminado la carrera un año antes de lo necesario. Tenía un curso de informática y había estudiado un año en Nueva York, también pertenecía a un grupo de teatro. Así que marque su número. Tuve que esperar tres toques para que me contestara.
-Conversación telefónica.-
-¿Diga?- dijo una voz somnolienta.
-Soy Niall Horan, ¿hablo con Noelia Black?-
Oí un pequeño grito y segundos después volví a oír la dulce voz.
-Si, soy yo. ¿Que desea?-
-Ha sido la elegida para hacer las prácticas en nuestra editorial, sus estudios son los mejores con diferencia. Enhorabuena.-
-Gracias, muchas gracias-
-Buenas tardes-
Iba a colgar cuando oí unos gritos de felicidad a través del teléfono y luego unas voces de fondo.