01 de 05

377 57 7
                                    

La tierra húmeda era extensa a mi alrededor y marcaba mi cuerpo en los lugares que había tocado. Solía correr rápido, pero esa vez fue algo increíble. Nadie me avisó que habían cambiado al cuidador y tampoco tenían por qué hacerlo, pero hubiera sido favorable. Su lugar fue ocupado por un hombre joven y fornido, con instintos de felino, con suerte pude atravesar la reja sin salir lastimado. Tampoco notó mi entrada, supuse, pero algo seguramente le decía que un intruso se encontraba en el lugar porque no dejaba de dar molestas vueltas. Era probable que si me encontraba hubiera pensado que era un fantasma o un muerto. Mis ojeras por el mal dormir se habían remarcado, había bajado considerablemente de peso y mis movimientos no eran rápidos ni precisos. Estaba muerto en vida, qué ironía.

Comencé a quitar la tierra en cuanto el cuidador dejó de husmear y descubrí que en mi condición no iba a lograr mucho, pero seguí intentando. Debía sacarlo de allí antes de que el tiempo hiciera sus efectos en su carne y ya se volviera inútil cualquier intento.

Investigué, claro que lo hice, YoonGi tenía las mismas ideas desquiciadas que yo, pero no con el mismo enfoque y tampoco tuvimos la misma suerte.

Continué cavando, a pesar de sentir mis brazos agotados y mi ropa estuviera más que pegajosa y húmeda debido al frío y al sudor. Dejé caer mi cuerpo unos minutos, necesitaba recuperar aire y energías. No tenía hambre, ni sueño, solo una horrible tristeza y un pesado cansancio que la única forma de controlarlos era teniendo a YoonGi a mi lado. Luego de unos minutos, seguí con mi tarea, faltaba solo un poco para oír el tan ansiado sonido del metal contra la madera.

Volví a oír los pasos del cuidador, pero ya nada me importaba, estaba demasiado cerca. Unos gritos más el descontrolado enfoque de una linterna hicieron que acelerara mi acción, pero no me detuve. Quería, necesitaba tener a YoonGi pronto entre mis brazos y así fue. Mi pala chocó contra el ataúd y despejé la mayor cantidad de tierra posible para poder abrirlo. Los gritos y las luces se volvían cada vez más cercanos, pero ya había logrado mi cometido. Con un gran gancho de metal logré abrir la caja que, por recomendación mía, decidieron no sellar con clavos. Se liberó una cantidad de polvo que no esperaba más un horrible olor a encierro mezclado con humedad, pero no a carne podrida, lo cual me relajó de sobremanera.

A los segundos descubrí que las luces no me apuntaban a mi, sino a unos perros que habían roto unos cuantos floreros a varios metros de distancia, por lo que, saqué la pequeña linterna que tenía guardada en mi mochila y la encendí para admirar a YoonGi. Ahí estaba, tan guapo y hermoso como siempre. Su piel más blanquecina que con anterioridad, sus ojeras púrpuras y su cabello negro. El maquillaje que le habían puesto para tapar las marcas de su accidente había desaparecido y también eran notorios todos sus arreglos, pero no me importaba, me acostumbraría a ellos. Lo único que faltaba para que fuera completamente hermoso, igual que antes, era que sus ojos estuviesen abiertos.

Apenas aguantaba las ganas de tocarle, de coserle toda parte que quisiera en sentido de decoración, de llenarle de sangre artificial para darle color a sus mejillas, de que me miraba nuevamente, de que quisiera estar conmigo, de que me dijera cuanto me amaba, cosa que él nunca hizo en su vida pasada.

🐏

Hola.
Quería que fuera un os, pero el tiempo no me acompaña, así que lo dividí.
La idea principal de la historia pertenece a igotkookmin , pasen a revisar su libro de ideas💕

Decidí hacerlo en primera persona para que notaran solo la perspectiva de Jungkook sobre lo que estaba pasando. Luego entenderan, espero, si es que logro escribir bien la historia cjfkf.

Eso, espero que les guste💕

artificial blood × yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora