Ojos que no ven...

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El olor a desinfectante es lo que se podía percibir al entrar en aquel lugar de ventanas pequeñas y muros altos. Los pequeños colores diferentes de los marcos sobresaltaban en aquel amplio lobby.

La recepcionista sonreía con aquellos blancos y firmes dientes —buenas tardes vengo a ver a Leticia mulligar —dice aquella mujer alta con cabello recogido y con semblante firme.

La recepcionista no dijo nada solo le hizo una señal para que la siguiera, observaba fijamente su entorno el medicamento y la anestesia es lo que más se podía percibir en aquel lugar.

La recepcionista se para —en este lugar se encuentra Leticia sea precavida tiene días buenos y malos—ella solo puede asentir en su larga carrera de psicóloga nunca había leído tal caso como el de Leticia.

Al parecer había asesinado a su familia completa con tan solo catorce años y al preguntarle el por qué lo había echo solo respondió—ellos no han querido darme mis chocolates favoritos—la psicóloga retomó la cordura no podía dejar que su miedo acaparará su profesionalidad.

Tomo una cantidad innecesaria de aire y prosiguió a abrir la puerta.

Al entrar se sorprendió con lo que vio una muchacha desgastada por los años y con heridas en los brazos su cabello caía encima de sus ojos y el pelo grasiento le llegaba hasta la cintura.

—Buenas me llamo—dijo aquella novata psicóloga.

—aura—respondió aquella paciente que tenía sus uñas enterradas en los cojines de su cama. La doctora solo pudo sentir un escalofrío su nombre saliendo por sus labios la hacían ponerse mal.

—si —dijo la doctora firme no quería aparentar debilidad.

La doctora prosiguió a sentarse en el sofá que estaba enfrente a ella, saco una pequeña libreta y un ¡click! salió cuando le quitó el tapón a la pluma.

—me encantaría conocernos más así que empezamos con lo básico ¿cuál es tu nombre?—dijo Aura –Leticia la miro unos momentos y después sonrío no una sonrisa agradable si no una sonrisa paranoica y macabra.

—Leticia — dijo ella en apenas un susurro , la doctora sonrío eso era un avance o eso creía—¿qué edad tienes?—siguió aura , esta vez Leticia tardó en responder.

—tengo catorce—la doctora se quedo callada un momento confundida, checo su informe de nuevo efectivamente aura no estaba equivocada el informe decía claramente que Leticia tiene dieciocho. Aura no comentó nada al respecto.¿pero por qué le respondió que tenía catorce? Se preguntaba.

Aura vio a Leticia perdida estaba viendo un punto fijo y por alguna razón ella estaba sonriendo y volteando los ojo.

—dime Libia te gusta algo—dice aura, Leticia se le quedo viendo y sonríe le gustaba la forma en la que le había llamado la psicóloga esa le había comenzado a caer bien hasta el punto de no querer matarla.

—si—responde ella y la psicóloga sonríe —me podrías decir, Libia asintió repetidas veces y le hizo una señal a aura para que se acercara a ella aura lo hizo con decidía pero al final acepto.

Libia puso su boca en el oído de esta y su aliento caliente callo justo en la oreja de aura —me gusta la piel de los animales despellejada al punto de que ellos supliquen y chillen hasta que se queden sin vida y disfrutar de su sangre escurriendo a través de ella de sus finas pieles—la doctora se quedó inmóvil.

—por qué te causa placer eso Libia—decidió seguir con ese apodo ya que ella no puso objeción.

Libia simplemente se encoge de hombros —será que la muerte y la vida son uno mismo hay quienes viven para morir y hay quienes mueren para vivir es irónico no —dice Libia levantando una ceja. Aura no entendía lo que decía.

Te pondré un ejemplo —dice Libia —los doctores dicen que estoy viva —la doctora iba a hablar pero Libia le puso un dedo en la boca para hacerla callar– pero no doctora están equivocados yo estoy muerta, muerta por dentro de mi propio cuerpo mi mente o si supiera que pasa por ella.—dice Libia.

La doctora sonrío —entonces Libia yo como estoy en tu mente viva o muerta—le preguntó aura con curiosidad.

Libia medito unos minutos y se le quedo viendo —ninguna—respondió al fin.

La doctora se le quedo viendo sorprendida —no está lo suficientemente viva para ser completamente feliz ni lo suficientemente muerta como para estar aquí —aura ya no comprendía quién era la psicóloga aquí si Libia o ella.

—está en una línea intermedia doctora yo elegí lo mío y mire donde termine loca—Libia se ríe como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo.

La doctora tomo con firmeza su libreta que apenas tenía nada.

Tomo aire —que es lo que más odias—le dijo a Libia si lo que más amaba era macabro no se podía ni imaginar que era lo que más odiaba.

Después de unos eternos minutos Libia al fin contesto —los conejos—sorprendida era poco, eso era lo que más odiaba.

—¿por qué? —dijo aura con suma tranquilidad —por qué son todos unos engreídos con su perfecto pelaje y su cola esponjada me parece sumamente ignorante.

—los odio tanto hasta el punto que llegue a vengarme de ellos—dice ella con una sonrisa plenamente feliz.

–sabe mi amigo mike tenía un conejo un conejo engreído, le ponía tanta atención hasta cierto punto que llegaba a ignorarme no lo soportaba—dice Libia intentando contener la respiración.

—¿qué pasó con ese conejito Libia? —dijo aura con suma calma.

—lo mate—respondió ella sin más—aura no respondió— ¿cómo lo hiciste Libia?

–lo engañe con zanahorias hasta el punto de que el conejo estuviera cerca para poder atraparlo, le vende los ojos con cinta adhesiva , puse a hervir agua y sin más lo eche a la hoya hubiera escuchado aquellos chillidos eran tan relajantes hasta el punto de querer echarse una siesta— la doctora no entendía por qué le había vendado los ojos al conejo.

—¿por qué le habías vendado los ojos al conejo?—aura no sabía la gravedad de aquella pregunta.

Libia sonrío—por la misma razón que lo hice con mis padres—Libia lo dice refiriéndose aquella noche que ella  tenía sólo retrasos de recuerdos de esa macabra escena— nunca á escuchado ese viejo dicho doctora de—Libia se quedo callada unos momentos.

—ojos que no ven corazón que no siente—la doctora tragó saliva y checo su reloj la sesión ya había terminado— nuestro tiempo se a acabado Libia te veré en una semana—dice la doctora.

—no creo que se a posible doctora —antes de que Libia pudiera decir algo más se había cerrado la puerta entre ella y Libia.

Al salir de aquel hospital psiquiátrico aura por fin pudo respirar, checo su libreta la pluma ya no estaba lo más probable es que se haya caído en medio de la calle y ni cuenta se haya dado.

Pero algo en aquellas palabras que había dicho Leticia mulligar  parecía verdad esta sería la primera y ultima ves que aura volvería a ver a Libia.

LibiaWhere stories live. Discover now