Secreto #1

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El salón estaba en silencio, solo algunas personas habían llegado, contándome. Sentía los nervios a mil, mientras apretaba con un poco de fuerza el ramo que tenía en la mano.

Sentí mi reloj vibrar y me puse de golpe de pie, caminando hacia la entrada de la escuela, viéndolo entrar.

Cuando sus ojos conectaron con los míos, pude verlos brillar.

Corrí donde se encontraba, tomando el mando de su transporte, y guiándolo por la rampa para inválidos, saludando de paso a Johanna, su madre, quien lo había traído.

Lo guíe hasta nuestro salón, donde lo senté delante de mí haciendo a un lado la silla.

-¿Hiciste anatomía, Hazz?- soltó el precioso ojiazul, mientras sacaba su cuaderno y pasaba las hojas.

Harry solo podía mirarlo embelesado -como todos los días - encantado con la belleza del chico, al cual ya empezaba a extrañarle el hecho que su amigo no le respondiera.

-¿Hazz?

-¿Si, Lou?- le respondió, aún muy sonriente

-Pregunté si habías hecho anatomía.

La sonrisa se le borró por un momento, para luego sacar su cuaderno y pasárselo a Louis.

Este, con un poco de dificultad, tomó el cuaderno y empezó a copiar los deberes.

Harry solo rió, viendo a su mejor amigo muy concentrado en su cuaderno.

Se arrodilló a su lado, mirándolo fijamente y casi quedando a su altura, pasó su mano por su rostro, corriéndole el flequillo.

Una pequeña sonrisa se le asomo por el rostro al más bajo, mientras un suave matiz rosa inundaba sus mejillas.

-Son para ti, Boo.- soltó por fin el rizado, entregándole el ramo de claveles.

Con la tonalidad de su rostro aún más fuerte, sostuvo las flores, oliéndolas, y dejándolas en un compartimiento de su transporte.

-Gracias, Hazzy.

Y es que así eran todos los días; Harry llegaba más temprano que antes -lo que implicaba madrugar- y de camino compraba algo que sabía a Louis le gustaría.

Y Louis llegaba más arreglado que los primeros días, -cuando no conocía a Harry- y se aseguraba de esperar en el auto una cuadra antes, viendo como el rizado bajaba del autobús y siguiéndole 20minutos después.

Así estaban, ambos ingenuos enamorados.

Pero ese día las cosas iban a cambiar.

Ese día tenía un plan, había hablado con la madre de Louis un día antes para asegurarse que él lo regresaría a casa, y tal vez por el camino las cosas ocurrirían.

Esperó con ansias el final del día.

***

Tocada ya la campana, en el aula se encontraban ambos jóvenes con uno que otro alumno, ya retirándose.

Cuando -por fin- el pequeño Louis terminó de alistarse, el ojiverde tomó las riendas del transporte, guiándolos hacia la salida de la escuela mientras el castaño llamaba a su madre.

Tras un intercambio de palabras -las cuales Harry no pudo escuchar- el más bajo le avisó que se iría con él, todo como estaba planeado.

A mitad de camino, ambos pasaron por una heladería, a la cual Harry fue corriendo -dejando a Louis justo frente a ésta, para que al rato regrese con dos helados, uno obviamente para el castaño, y se dirigieron a un parque. Casi al instante ambos chicos habían terminado su helado, ya que hacía bastante calor.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2017 ⏰

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