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»Dejemos que la sangre corra y se expanda por el césped, descuida, será regado en la madrugada, nadie se dará cuenta«

II Si eres muy sensible y no te gusta leer cosas sangrientas sal de aquí II

$Para complacer los deseos sádicos de Taehyung, Jungkook es capaz de cualquier cosa, sólo para que lo compense con un beso para nada tierno$


•°••°•°••°•

- Jungkook cariño, vuelvo en la noche, dejé comida en el congelador, sólo la metes en el micro y ya amor.

- Si mamá, ya te dije que no debes preocuparte por mí, tengo 19 años, no soy un bebé.

Su madre entró a su habitación para despedirse de él y sonrió al verlo acostado leyendo.

- Lo se cariño, solo... No quiero que te pase nada.

Besó su frente y revolvió su cabello, ahora lo dejaría solo.

- Adiós ma, cuídate.

- Adiós amor.

Salió de la habitación así como de la casa, observó a su vecino y lo saludó.

- Buenos días Taehyung.

- Buenos días señora Jeon.

- Puedes llamarme Miri, cariño ¿Te puedo pedir un favor?

- El que sea.

Salió al jardín y se dirigió hacia ella.

- ¿Podrías hecharle un ojo a mi niño? Sé que es mayor pero es mi único hijo y...

- Descuida Miri, lo cuidaré como si usted estuviera presente.

- Gracias Taehyung, cualquier cosa, sabes mi número, volveré ya tarde, así que procura que no se desvele ¿Vale?

- ¿Esa es una invitación a su casa?

Sonrió de lado con sus manos en los bolsillos de su pantalón.

- ¿Si me haces el favor?

Sonrió complice y le dió las llaves de la casa.

- Descuide, a las ocho de la noche ya estará dormido ese niño.

Tomó las llaves y sonrió de forma en que la madre de Jungkook confiara en él.

- Gracias cariño, nos vemos.

Lo apretó en un abrazo y entró a su auto.

Eran a penas las 3 de la tarde y cuando el auto dejó de verse, Taehyung sonrió hacia la dirección de la casa ajena con malicia, casi parecía un maniático.

Fue a ducharse y después iría a visitar a su pequeño amado, aunque se habían visto pocas veces, el azabache lo volvía loco, esa loción que utilizaba lo mataba.

°

Jungkook se terminó de duchar y comenzó a comer, hasta que tocaron su puerta.

- ¿Quien es?

- Es Taehyung ¿Puedo pasar?

El azabache se sorprendió y se miró al espejo que estaba a lado de él, se medio acomodó su cabello húmedo y respiro profundo, momentos después le abrió la puerta al chico que le gustaba, que casi metía la llave para entrar por su cuenta.

- Hola Taehyung.

- Pequeño niño... ¿Quieres jugar como la semana pasada?

Taehyung ya se había quedado a cuidar a ese chico y no tardo mucho en hacerse notar tan cual es, un sádico.

Ya que Jungkook no le decía nada y lo apoyaba, se enamoró de su paciencia y su aceptación.

El menor sonrió y cerró la puerta detrás de él.

- La última vez, me dolió mucho, por favor hazlo con cuidado esta vez.

- Claro que sí pequeño, lo siento, la adrenalina me cautivo y perdí el control, esta vez no pasará.

- ¿Crees que mi madre se dé cuenta?

Subían a su habitación hasta cerrar la puerta y también las cortinas.

- Por eso lo hago en tu espalda pequeño, recuestate.

Jungkook obedeció, antes se quitó la playera dejando completamente desnudo medio cuerpo, se acostó boca abajo mirando como Taehyung sacaba de sus bolsillo una aguja y un bisturí, así como una tinta y alcohol.

- El botiquín... Está debajo de la cama.

- No lo necesitaré Kookie.

Susurró en su cuello para después besar las marcas que habían quedado desde la semana pasada.

Jungkook se estremeció, aún no se acostumbraba a que Taehyung fuera tan rudo y al mismo tiempo delicado con él.

- Comencemos.

Jungkook tragó hondo y apretó sus dientes al igual que las sábanas con sus manos.

El tibio líquido y el fuerte aroma del alcohol, lo invadió antes de sentir el frío metal tocar su piel y después un ardor.

No se quejó, sólo observó la mirada de placer en Taehyung y eso lo hizo sonreír.

Aún con ese ardor en su espalda.

»Shh...«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora