Tenía suerte el castaño de que el profesor no estuviera en el aula sino tendría que haber salido, su celular no paraba de sonar tras un nuevo mensaje que llegó. Discretamente saco el celular de su bolsillo para ver que un nuevo mensaje le había llegado pero al momento de leerlo lo sorprendió por completo.
"No te hagas el tonto Frank"
¿Frank? El chico se refería a su amigo, con rapidez empezó a buscar entre los mensajes que había enviado su mejor amigo al número desconocido hasta llegar al primero que mandó.
"Jajajjaa ya vas a ver parquelita que te voy a ganar en el CoD."
—Así que era por eso. — murmuró para sí mismo con una sonrisa.
Ahora entendía todo, mentalmente se dijo así mismo no volver a prestar su teléfono al pelinegro mientras escribía un mensaje a ese número desconocido.
"Te equivocas yo no soy Frank, el me pidió el celular para mandarte el mensaje."
Una vez listo el mensaje lo envió y esperó paciente que respondiera rápido, pero a diferencia de otras veces, esa vez se demoró.
"Lo siento, ya hable con Frank. En verdad creí que eras él. Lo siento."
Una sonrisa apareció en la cara de Samuel, entendía perfectamente cómo se sentía aquella persona. Y no, ese mensaje no fue para que se avergüence sino para avisarle que ya no estaba Frank mandando esos mensajes.
"Tranquilo, Frank a mi también me engaño".
"Soy Samuel por cierto".
Mandó otro mensaje esta vez presentándose. Era inconsciente presentarse de esa manera a un completo desconocido, pero con rapidez el sonido de su teléfono lo saco de sus pensamientos para concentrarse en leer el nuevo mensaje que había llegado con esta vez mucha rapidez.
"Soy Guillermo, enserio lo siento"
"Ya no importa, qué haces?"
Preguntó Samuel intentando cambiar el rumbo de la conversación penosa.
"Pues..."
Quien iba a decir que a través de unos mensajes Samuel De Luque conocería a la persona más maravillosa.
Más el tiempo pasaba, más hablaba con él incluso duraban horas en las noches hablando de cualquier trivialidad.
"Hola hermoso"
Era la primera vez que el mayor se atrevía a mandarle un piropo jugando a que le rechace.
"Hola guapo! Jajaja"
Contestó con rapidez haciendo que largara un suspiro de tranquilidad, estaba muy nervioso a como reaccionaria Guillermo con tal atrevimiento pero al ver que lo tomó bien inmediatamente castaño sonrió.
Pronto los mensajes se llenaban de piropos y dobles sentidos. Sin darse cuenta el castaño se había enamorado de una persona que no conocía cara a cara.
"Como eres?"
Pregunto después de pensarlo por varios días y es que hace tiempo quería crear una imagen mental de cómo sería esa persona que estaba detrás de esos mensajes. De fondo el sonido del televisor resonaba en su habitación mientras que él estaba concentrado en el mensaje que le llegaba.
"Pues tengo el pelo negro, soy delgado y alto. Muchos dicen que tengo ojos achinados, pero en realidad tengo muchas mejillas eso hace que se vean pequeños mis ojos"
"Eres hermoso"
Respondió con la rapidez que sus dedos podían teclear el mensaje. No fue difícil para el castaño hacerse más o menos una idea de cómo era Guillermo.
"Y tu como eres??"
La pregunta llegó de improviso en un mensaje. Nunca se le había pasado por la cabeza explicarle al otro como era.
Con un suspiro se levantó de la cama donde estaba acostado para pararse frente al espejo observando cada parte de su cuerpo.
"Soy feo"
Respondió en otro mensaje para luego volver a dirigir su vista al espejo en donde juzgaba sin piedad cada uno de sus defectos.
El sonido de mi movil llamo su atención. Observando el mensaje con una sonrisa.
"Eres hermoso"
"Gracias hermoso"
Ya sin darse cuenta era diciembre y estaba casi finalizando el año.
"Cuando nos conozcamos te pediré que seas mi novio"
Aquello lo había mandado sin pensar, pero con una gran sonrisa en sus labios. Mientras su amigo lo miraba serio, la clase estaba terminando y no había aprestado ni un poco de atención en toda la clase.
El timbre sonó capturando al fin la atención del castaño que miraba a su alrededor en que el profesor borra lo escrito en el pizarrón y sus compañeros guardaban sus cosas para luego marcharse. Con rapidez y sin soltar el teléfono guardó sus cosas en su mochila, saliendo después del salón seguido de Frank que iba cruzados de brazos y muy molesto.
_*_
—Podías prestar atención un poco Samuel.
—Lo siento Franky.— contestó apartando la vista del teléfono un momento para centrarse en su compañero y mejor amigo.
—Ya te pareces a mi amigo, ayer me dejó dos horas en pausa en una partida por culpa de su "novio virtual".
El comentario le hizo sonreír, ese "novio virtual" del amigo de su amigo era exactamente él.
—Bueno Franky, no te molestes.— dijo a la vez que se sentaba en una banca cerca de la escalera seguido del pelinegro que cambiaba su cara molesta a una un poco triste.
—No me molesta eso. Tsk. Me molesta que juegue con él chaval.— inmediatamente los ojos marrones de Samuel se dirigieron a su amigo.
—¿C-como?— un peso invisible oprimía su pecho esperando una respuesta más concreta.
—Sí, él tiene una novia hermosa y es feliz con ella. Yo le pregunte porque se seguía mandando mensajes con ese chico y dijo que lo hacía reír las cursilerías que le manda.
Ese peso invisible se duplicó para dejarlo sin aire, sin poder hablar.
—¿P-porque? — cuestiono con un hilo de voz, aunque la pregunta es dirigida más bien a aquella persona que jugaba con sus sentimientos y que aún hacía sonar su teléfono guardado en el bolsillo de su pantalón.
—Dice que le dio buenas ideas para mandarle mensajes a su novia.— encogiéndose de hombros sacó su celular. —mira, me mandó capturas de pantalla y todo.
Samuel tomó el celular de su amigo para luego ver todos los mensajes que le él había enviado.
"Mira que cursi el parguela gay este"
Cada palabra, cada mensaje oprimía su corazón. Le devolvió el celular a su amigo y aguanto las lágrimas lo más que pudo.
—Me tengo que ir.—anunció con voz gruesa aguantándose el dolor.
El regreso a su casa se volvió más lento, mientras sentía como llegaban los mensajes a su teléfono.
"Samu qué haces?""Samu qué pasa?""Samu pasó algo??""Samu contestame""Samuel" "SAMUEL"
Al llegar a su casa suspiro abriendo la puerta.
—Samuel, hijo ¿cómo te fue?— sonriente su madre le miraba desde el sofá del living.
—Bien. — sin ganas contesto a la vez que se iba directo a su cuarto.
Al fin estaba en un lugar seguro para desahogarse, tirándose en la cama soltando unas lagrimas.
"Samu contéstame" "Samuel estoy preocupado""Samu?""Guapo""hermoso?"
Furioso apagó su celular para no tener que ver más esos mensajes.
Cada uno, era un golpe profundo.
Después de ese día no volvió a tocar su teléfono. Con lo ahorrado para un nuevo videojuego Samuel se compro un celular nuevo cambiando a la vez el número.
Frank me pregunto qué me pasaba porque cambió el teléfono con número, solo tuvo el valor de mentirle diciendo que se lo habían robado.
—Hoy es el cumpleaños de Alex, vamos acompáñame.— dijo Frank haciendo caritas logrando que el castaño aceptó.