Luciano
La respiración se me entrecorta cuándo la veo.
Esta acostada en una cama gigante, acompañada de cablerios, suero y transfusión de sangre. Su rostro está pálido, sus brazos completamente con manchas rojizas.
Me voy acercando a ella, me arrodilló en frente y agarro una de sus manitas.
Abre los ojos de golpe y se mueve rápidamente.-Tranquila, soy yo.
Sus ojos se encuentran con los míos. Esos ojos que me enamoran cada vez más.
-H-hola
-Hola -le sonrió.
Con su mano acaricia mi mejilla, cierro los ojos al sentir su tacto.
-Siento tanto a verte dejado sola -mi corazón late mil por segundo.
-A-ahora...estás acá... conmigo -su respiración y voz se entrecortan.
-Si, estoy con vos. Hoy y siempre.
.....
Demonios. El final se acerca.