Pensé que me odiarías

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Era un día normal, mi compañero y yo nos encontrábamos ya en la última de nuestras tareas para poder cerrar el restaurante, que era lavar los platos.

Llevábamos 1 año trabajando juntos y nos llevábamos muy bien, hacíamos una química perfecta, mentiría si les dijera que lo veía solo como un amigo porque no es asi, este chico realmente me gusta y quiero ser la persona perfecta para él.

-¡Hey Jungkook!

-¿Mmhh?

-Terminemos esto rápido y te llevare a casa.

-Claro Jimin.

Apuesto que la sonrisa de tonto que tenía en la cara seria graciosa para todos ustedes, pero estaba demasiado feliz, regresar a casa junto a Jimin siempre era grato, le gustaba hacer bromas y platicábamos sobre nosotros. Podría jurar que nos sabemos la vida completa del otro.

Estaba tan distraído en mis pensamientos que unos platos se resbalaron de mis manos y se destrozaron al tocar el suelo, me sentía un estúpido, la gerente me regañaría y los descontaría de mi sueldo. ¡AISH!

-¡Que paso!

Escuchamos como la gerente se aproximaba hacia la cocina.

-Jungkook hazte a un lado.

-¿Por qué?

No me contesto, me movió de donde me encontraba recogiendo los pedazos de los platos y en mi lugar se puso él. Justo en ese momento se abrió la puerta de la cocina dejándonos ver a la gerente.

-Lo siento Kim, se me resbalaron los platos.

¡¿Qué?!

El que rompió los platos fui yo... Jimin...

-Eres un inepto, limpia el desastre que hiciste... y Jungkook, ya puedes retirarte.

La gerente Kim no era para nada buena, siempre tenía una cara de perro que ni ella misma se aguantaba. Y ahora se desquito con Jiminie, todo por mi culpa.

-¿Jimin?

Mi tono de voz fue bajo, muy bajo, pensé que Jimin en estos momentos estaría odiándome, lo regañaron por mi culpa, por mi estupidez.

Se puso de pie, se giro hacia mí y me sonrió.

-Tranquilo Kookie.

-Pero... te han regañado por mi culpa... Pensé que me odiarías.

-No te odiaría por eso.

-Pero...

-Me odiaría si esa mujer te hubiera gritado a ti y yo no hubiese hecho nada.

-Jimin...

Lo mire, para mí esto era lo más hermoso que había escuchado, él estaba protegiéndome...

-Me gustas Kookie.

Y lo próximo que sentí fueron sus labios tocando suavemente los míos, obviamente correspondí a su beso.


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