El radiador enamorado

El Radiador y su Amor

Una tarde cualquiera, ya veía como las ajugas del reloj casi marcaban la hora del cierre y yo seguía sin ser comprada, un radiador de primera gama, mejor que ningún otro en la tienda, pero ya llevaba más de un año en aquella tienda y sin embargo la gente prefería los de gama más baja.

Apenas un minuto para que fuera la hora del cierre de aquella tienda, en la que yo esperaba ansiosa que me compraran, entro un hombre a toda prisa, sin pensárselo me señalo y dijo -ese.

El encargado de la tienda me cogió y sin dudarse un segundo ya me avía vendido a aquel señor.

Al llegar a mi nuevo hogar sin miramiento me coloco en un lugar, el cual estaba prepara de antemano.

Pasaban los días y cada vez anhelaba más el momento en el que mi dueño me usaba para resguardarse del frio gélido de las calles, contándome sus batallas incluso despotricando de los inútiles de sus empleados.

Pasaban los años y cada vez pasaba más tiempo con mi dueño del cual me había enamorado y solo a él quería calentar.

Las largas tardes, ya fuera verano o invierno pues siempre había un gélido viento y bajas temperaturas en el exterior, se hacían cortas y a la vez eternas proporcionando calor y escuchando las batallas de aquel al que tanto quería, aquella persona la única

Con la que me gustaba pasar el tiempo, ojalá siguiera vivo hace tiempo que murió, era la única persona que sabía hacerme funcionar y repararme cuando me averiaba. Ahora los estúpidos de sus hijos quieren deshacerse de mí, y pienso que es por venganza porque su padre prefería estar con migo y mi calor, a pasar el tiempo con ellos.