capítulo 4 : sign of the times

52 4 81
                                    

Dolor. Esa palabra tan insignificantemente pequeña pero que abarca demasiado.
Aún me pregunto. ¿Qué trato con el diablo he hecho para merecer todo lo que la vida me a quitado en un sólo omega? Aunque a veces me cuestiono que no es cosa de algún trato, tal vez ese diablo soy yo.

Aquel que no merece tener a un inocente cachorrito entre sus garras. Esta dicho, todo lo que Louis Tomlinson toca, se destruye. Un escozor de dolor recorrió mi cuerpo de sólo pensar en otorgarle una libertad que Harry aún no sabía que necesitaría y desearía.

--Nadie se entrega a una bestia por voluntad propia porque eso era Louis Tomlinson, una bestia sedienta de sólo una inocencia peculiar que cierto omega de rizos poseia--

Los días empeoraron. Una mañana un tranquilo Louis trataba de buscar un regalo acorde a su omega. Era un día gris nada comparado con los pasados. El clima estaba descontrolado. El frío abarcaba unos fríos y majestuosos ocho grados. Algo sumamente fuera de lugar en esa época de verano.

Louis
Caminaba por los pasillos del ala este del departamento. Sí, hace unas dos semanas atrás decidí que Hazza necesitaba un lugar propio. Pero creo que la mejor explicación es que yo necesitaba a Hazza en un hogar. Algo de los dos.

El tiempo pasaba aterradoramente rápido, hace tres meses vivían en París. Los días habían perdonado a Louis de que un tierno rizado descubriera un horrible pasado. Louis recordó que hace unas noches su sueños se vieron interrunpidos por un dulce omega que necesitaba su ayuda. Su omega corría peligro con él.

Hace unos días descubrí que todo tiene una manera de juntar los caminos y fue así.

"El barco que encuentra su brujula para guiarlo y que siempre regrese a casa . Y la brujula aquella a quien el barco le daba una razon de existir"

Una simple daga que había sido destinada a no tocar nada puesto que todo lo destruía, encontró una rosa tan masoquista como su dueño que vio belleza en el dolor.
Siempre he pensado que el amor es algo masoquista y extraño. Que por masoquista y extraño deseamos tenerlo.

Entre a la habitación donde hace unas horas dejé a un adormilado omega que se negó a despertarse. Aquel que iba a provocar mi muerte por sus pequeñas cosas que lo hacían ser lo que es. Sus hoyuelos. Su sonrisa o esa cursilería que se carga. Aunque no negaré que me encanta.

Hazz no se percató que la habitación fue invadida con mi presencia. Había algo que no me gustaba. El ambiente estaba cargado de tristeza y todo venía de ese pequeño cachorrito.

Cuando estuve a unos pasos de él, me percaté que estaba hablando con alguien por el móvil.

Me extrañé un poco ya que recien ayer habíamos ido por él después de tanto que le insistí a este terco omega .

-No, Liam. No es eso. Pero no sé como explicártelo. Sólo pasó. -el rizado hizo una pausa, mientras acomadaba sus perfectos rizos. -Y-yo no sé, pero no me siento de esa manera, es extraño.

En ese momento pude escuchar lo que es tal Liam decía.

-Hazzie, puedes confiar en mí. Sólo dime que te está obligando, que está amenazándote. -Louis sintió como su alfa estaba por matar a la persona detrás de la línea, no había nada más absurdo que pensar que su cachorro esta sintiéndose obligado.

-Liam, es -m-más que -e-eso. - Harry se notaba con un tono de voz devastador.

Haz, no sé qué es lo que pasa pero no voy a...

-Su prisionero... Me siento su prisionero, Li. Hazza se notó aliviado a mencionar aquellas palabras. Pero yo entendí que si había algo peor que dejarlo ir . Y era su rechazo.

El pasado de TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora