Desde su posición sobre la muralla que protegía la solitaria playa busco a Tanjiro con la mirada hasta por fin encontrarlo sentado al final del muelle, con los pies colgando por uno de los bordes.
Seguro ya lo estaba esperando, esta era su la tercera luna y última que estarían juntos.
Bajo los escalones de la muralla y caminó por la playa con sus zapatos de vestir hundiéndose en la arena. Por suerte con anterioridad se había abierto el saco y aflojando la corbata, así que no se sintió particularmente acalorado cuando por fin llegó al muelle.
El mar golpeando la madera y el salitre en el aire le permitieron llegar a solo un metro de él antes que él pudiera sentir la madera crujir bajo su peso o percibir su esencia en el aire.
Como siempre desde que lo encontró desnudo en la playa hace tres meses, Tanjiro andaba descalzo, cubierto únicamente con una de sus camisas de vestir blancas que cubría hasta sus muslos y nada más.
Noto cómo olfateo el aire al notar su presencia y giró su torso con las manos a los costados apoyadas en la madera, sus cabellos hasta la mitad de la espalda se movían al ritmo de la briza y sus ojos borgoña lo miraron desbordados de emociones. No emitió un solo sonido como ya esperaba, pero movió los labios llamando su nombre.
El corazón de Giyuu golpeó dolorosamente contra sus costillas y sintió que le faltaba el aire. No tenía dudas de que estaba perdidamente enamorado de ese joven.
Sorprendiendolo con su acción puso una rodilla en los tablones de madera, tomó el rostro de Tanjiro entre sus manos y acortó la distancia para besar suave y lentamente la comisura de sus labios. Dios, tenía tantos deseos de morder y restregar su lengua sobre ellos hasta que los separará y le permitirá acariciar todo dentro. Deseaba dejarlo sin aliento y beber la humedad de su boca como si fuera un hombre sediento que lleva días caminando en el desierto, de verdad deseaba hacerle tantas cosas y era tan poco el tiempo.
Dándose cuenta que ese contacto no sería suficiente para contener la necesidad que tenía de hacerlo suyo una vez más, deslizó su boca hambrienta a través de su mejilla hasta el espacio tibio y sensible tras su oído, solo para después continuar repartiendo besos húmedos bajando por su garganta, que noto lo hicieron temblar y gemir inclinando el cuello para darle espacio mientras aferraba su mano izquierda a la solapa de su saco.
Separándose un poco de la tibieza de su piel movió las manos frente al rostro del joven formando una oración- "No hagas eso o no podré contenerme" - advirtió, sólo para después dejar un último beso de mariposa en su cuello, causando un nuevo escalofrío en el chico y una risita muda.
Una mirada y un movimiento rápido de manos le hizo saberlos los pensamientos del más bajo - “Giyuu-san tiene la culpa“ - afirmó mientras lo miraba con los ojos tiernos y una sonrisa suave en su rostro.
El movió sus manos - “Si, tienes razón“ - contestó para finalmente pasar un pulgar por los labios de chico obteniendo una mordida suave en la yema del dedo.
Si seguían así no podría hacer lo que tenía planeado, así que suspiro retirando su dedo a regañadientes de esos labios y se puso de pie para después ofrecer ayudarlo a hacer lo mismo.
Mientras lo hacía sintió el peso del cuchillo que Muzan le había entregado y que descansaba en el bolsillo interno de su saco. No quería usarlo, pero no era que tuviera muchas opciones. Tenía que hacerlo ahora o esperar y perderlo para siempre.
Cuando regresó su mirada a Tanjiro recordó que algunas veces Shinobu le tiraba en cara que era un egoísta insensible y que por eso lo odiaba todo el mundo y tal vez el tapón de alberca tenía algo de razón ya que fue hasta ese momento que noto la tristeza disfrazada de alegría en los ojos de otro.
El plan que tenía pensado llevar a cabo no traería felicidad al corazón de Tanjiro, pero egoístamente traería tranquilidad al suyo, sabiendo que sin importar nada más, su amante estaría a salvo y seguro.
Quería creer que Tanjiro entendería sus motivos una vez todo hubiera terminado y temeroso aunque no lo demostrara deseaba que no lo terminara odiando o decidiera olvidarlo.
Todo lo que tenía que hacer para asegurar la vida de Tanjiro era verter sangre que bombea su corazón en los pies de su joven amante con el filo del cuchillo hechizado y dado por Muzan, eso era lo único que rompería el contrato que daba una humanidad limitada a Tanjiro y que de continuar para el final de ese día también terminaría con su vida y Dios sabía que definitivamente Giyuu prefería mil veces apuñalarse el corazón, que permitir que eso sucediera.
Movió la mano izquierda para hacer una oración en forma de pregunta frente a los ojos borgoña - “¿Sabes que te amo?“ - se hizo entender, Tanjiro movió su cabeza afirmativamente con algo de rubor en las mejillas, hizo otra seña ahora con ambas manos "¿Y que eres la persona más importante en mi vida? “ - Tanjiro se sonrojó ahora furiosamente, pero volvió a afirmar positivamente sin apartar la mirada.
Se inclinó y pego su frentes ahora lleno de valor con las afirmaciones del más joven y procedió a acercar su mano al pecho con la intención de tomar el cuchillo oculto en su saco, sólo para verse detenido por la mirada brillosa de Tanjiro y el movimiento repentino de este al ponerse de puntitas para seguidamente unir sus labios en un beso ansioso y demandante, al que él sin dudar respondió ladeando la cabeza acariciando con su lengua los labios en busca de permiso para profundizarlo.
Se había sorprendido un poco ya que Tanjiro solía ser muy tímido para cosas como esas y en su tiempo juntos rara veces había iniciado un beso.
Solo sería un beso más, su último beso y ¿quién era él para negárselo? ¿a el a ambos?, si él mismo quería besarlo toda una vida y más de una si se lo permitían.
Si detenerse llevó las manos a la cintura y lo pego lo más que pudo sintiendo su desnudez bajo la tela, solo tendría que mover las manos hacia el sur y deslizar las misma bajo la tela para degustar de la sensación tersa de sus muslos.
Y nuevamente justo cuando estaba por hacerlo, Tanjiro tan rápido como inicio terminó el beso empujando su cuerpo lejos de él, estaba por reclamar cuando notó sorprendido y con horror que el cuchillo que antes estaba escondido en su saco ahora estaba en la mano derecha de su joven amante.
Movió lentamente sus ojos del filo del cuchillo en su mano a sus ojos y lo que vio en ellos solo lo asustó más, vio absoluta determinación. Se mojó los labios con nerviosismo, tenía miedo de hablar así que movió sus manos lo más rápido que pudo para hacer oraciones.
“¡¡Tanjiro no lo hagas, yo solucionaré todo esto, te lo prometo, ambos estaremos bien!!" - Tanjiro leyó sus manos y negó mientras sonreía tristemente sujetando tan fuerte el cuchillo que los nudillos se le empezaron a poner blancos.
Sabía lo que Tanjiro quería hacer con el cuchillo, porque él mismo tenía pensado hacer lo mismo solo unos segundos antes.
Fin de Capítulo uno: Contrato.
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Jamás Seras Espuma De Mar
RomanceDerramaria sangre por el, mataría por el, moriría por el.