Estuve buscando cual psicópata durante días, claramente sin privarle de su espacio personal. No iba a estar todo el rato detrás de él. Me iba a rendir y tirar la toalla cuando un suceso perfecto se presentó ante mis ojos. Salía del instituto cuando escuché a uno de los del equipo de fútbol decir que todos estábamos invitados a una fiesta que iba a dar en su casa esa misma noche. Casi simultáneamente recibí un mensaje con toda la información. Mientras tanto, mi corazón dio un vuelco al escuchar esas palabras. Todo el instituto estaría allí, por lo que encontraría respuestas preguntando a todos los que se relacionan con él. Pero antes tenía que comunicarle la noticia para ver si él podía llevarme.
Cuando se lo conté aceptó sin dudarlo, con una gran sonrisa en la cara. No se si fue por la voz de niña pequeña que puse o por que estaba contento de ir conmigo a la fiesta, pero igualmente esa sonrisa era verdaderamente irresistible.- A las 21.30 te recojo. ¿Te parece? Según el mensaje la fiesta empieza a las 22.00.
- Claro. Te espero- Salí de su casa y fui directa a la mía para prepararme.
(...)
Eran las 21.00 y ya me estaba preparando desde hacía dos horas eligiendo qué ponerme. Quería algo lujoso pero discreto. Como no sabía qué ponerme llamé a mi querida Marina para que me ayudase.
- Ponte este. Te sienta muy bien el rojo y te verás muy sexy- Dijo ella enseñándome un vestido rojo muy corto que enseñaba la mayoría de mi cuerpo, característica que completó el hecho de que odiase los vestidos y tachó cualquier posibilidad por remota que fuese de ponérmelo.
- ¿Cuántas veces te tengo que decir que quiero algo discreto?
- Lo siento. No es mi culpa que tengas unas curvas perfectas-No puse atención en eso. Quería algo para ponerme y ella sabía que me podía ir perfectamente con un chándal roto.
- Además, no quiero un vestido. Llevo diciendo toda mi vida que los odio.
- ¿¡Entonces para qué me quieres aquí!? Yo soy experta en vestidos, no en ropa callejera- Se quejó diciendo lo último mirando con desprecio a las prendas que estaban en mi armario.
- Sabes que vamos a una fiesta, ¿verdad?
- Lo sé, pero hay que ir guapas.
- Para ir guapas no hace falta ponerse un vestido- A pesar de que siempre se lo repetía, ella seguía con su idea de que los vestidos son los únicos que se pueden llevar en cualquier ocasión.
- Vale- Suspiró cansada porque sabía que no iba a ceder-. Pues ponte esta camisa y esos shorts. Casi nunca te los pones y te quedan bien- Señaló los elementos que quería que me pusiese.
- ¡Perfecto!- La besé en la mejilla- Y, ¿qué te vas a poner tú?
- Algo lo suficientemente bueno como para destacar entre los trapos que llevaréis las demás, aunque no será tan difícil.
- Supongo que me mandarás una foto, ¿verdad?
Salió sin responderme y en apenas quince minutos recibí un mensaje suyo con el vestido que iba a llevar. Precioso, por supuesto.
(...)
- Estoy deseando llegar.
- Yo también cariño- Dice Iker mientras conduce por la carretera.
Llevábamos media hora más o menos en el coche mientras íbamos a la fiesta. Nos estábamos alejando mucho de la ciudad. Ya no se veía ningún edificio cerca. Todo era muy oscuro al estar en medio del bosque sin que ninguna luz alumbrara y debo admitir que tenía un poco de miedo al situarnos en medio de la nada. Casi no había cobertura. Estaba demasiado ocupada en mis pensamientos que no me di cuenta que la casa estaba enfrente nuestra. Cuando Iker me avisó de que habíamos llegado mientras yo estaba con los ojos cerrados escuchando covers de piano de canciones de Twenty One Pilots, un suspiro de alivio salió de mis labios sin quererlo.
ESTÁS LEYENDO
Time Isn't Special
Teen FictionAlison, una chica como otra cualquiera, cree haber encontrado al chico de su vida hasta que se da cuenta de que la está engañando. ¿Podrá superar eso y dejar que el amor persista o elegirá alejarse de él para que no le pueda hacer más daño?