Un auténtico desastre

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Sesshomaru suspiró hastiado nuevamente, dirigió su mano libre a su cabeza y masajeó cansadamente sus sienes, mientras con la otra mano movía con fingida calma, y monotonía, la cuna de su hijo, por primera vez rogando al cielo que sus escandalosos llantos cesasen de una vez por todas.

Era técnicamente imposible ocultar el mal humor que acarreaba, y eso sin considerar las horrorosas ojerosas bajo sus ojos. Sin mencionar que su amada esposa chillaba casi todo el día, comparándose con una ballena o en sus peores crisis con un globo desinflado (?) lo cual no ayudaba a mejorar su condición. Y es que Sesshomaru nunca fue bueno con las palabras ¡Y ahora vivía con dos personas que tenía que consolar día y noche!

En cuanto a la pobre Kagome, ella, pasaba metida horas en el espejo mientras Sesshomaru era el encargado de sustituir su deber maternal, encargándose de tareas bastante extrañas (para él) como alimentar a su retoño, cambiar pañales y darle la mamadera. Tareas que vista desde un punto ajeno parecían ser terriblemente fáciles... nada más alejado de la realidad.

Eran aproximadamente las 3:00 de la madrugada y él aún no podía conciliar el sueño, y no es porque no quisiera, mas bien no podía. Sentía que en cualquier momento iba a explotar, su cabeza dolía a radiar y sus sentidos parecían estar en un constante estado de alarma, multiplicando los ruidos a su alrededor y como un taladro torturando su cabeza.

Kagome dormía plácidamente a su lado, con la respiración acompasada y con una afable tranquilidad, mientras él era carcomido por la pura envidia, y no es que quisiese alardear, pero sinceramente se podía considerar un padre primerizo y sumamente responsable, aunque, eso no aviva mucho su ego, casi parecía él la mujer.

Su cabello plateado totalmente alborotado, y sus dorados ojos entrecerrados del cansancio y rojizos, una prueba de que no había podido siquiera considerar entregarse al descanso, y aún así prefería pensar que no amanecería nunca, eso era más sencillo que la rutina que lo esperaba a diario, ¡Y era peor que una jornada en la empresa familiar!

Su brazo casi se acalambraba y su mano perdía la fortaleza, reafirmo su agarre y siguió con el vaivén, ¡Al fin! Su hijo parecía comenzar a calmarse y dejar de emitir quejidos y llantos. Cuando creyó que ya estaba profundamente dormido retiró su mano de la cuna y se dirigió al baño a refrescarse con agua. Cerró la puerta tras de sí y contemplo con horror su rostro pálido reflejado en el espejo. Y por primera vez Sesshomaru Taisho deseo gritar como jovencita.

Kagome giró en la cama matrimonial, buscando el calor de su esposo, mas no lo encontró, rodó y cayó estruendosamente en el suelo, despertando sobresaltada y adolorida. Sobó con sus manos su cabeza y cuando logró aplacar el dolor... ¡Al diablo! Ni siquiera se molestó en levantarse, su cuerpo últimamente pesaba más de lo normal y a estas horas carecía de gran fuerza.

Sesshomaru regresó nuevamente a la habitación y se encontró con la terrible sorpresa de que su mujer, su amada esposa yacía en el suelo.

–¡Kagome!– Se arrodillo rápidamente a su altura y comprobó incrédulamente que la joven estaba dormida nuevamente, en una incómoda posición, a su parecer. Cargó en sus brazos a la joven muchacha y nuevamente la tendió en la cama, arropándola en un gesto protector, casi como lo hace un padre a un hijo. Y hablando de hijos ¡Michael despertó! Las alarmas sonaron en su cabeza y ni siquiera fue capaz de mantener su típico semblante serio e imperturbable. Se acabó el Sesshomaru que conocimos, ¡esta situación lo estaba arrastrando a la locura! Con manos temblorosas y las consecuencias de largas noches de insomnio se acercó nuevamente a la cuna que se encontraba al lado de su cama matrimonial. Y casi llevó sus manos a los oídos cuando los chillidos de su bebé retumbaron en la, anteriormente, pacífica habitación...Que en paz descanse la paz, Sesshomaru sabía que en horas no retornaría.

....o...

–Duérmete niño, duérmete ya...– ¡Dios! No había un golpe más bajo para su ego de súper macho alfa que estar cantando con voz de sirena chillona una canción de cuna, ¡esto era terrible! Nunca había pasado una vergüenza semejante y en estos momentos su peor debilidad seria que alguien escuchase su horrible voz. Y, por si fuera poco, los llantos de Michael se incrementaron considerablemente ¡Santo Cielo! Ahora mismo se arrepentía de haber comprado un carísimo departamento, seguro los vecinos despertarían en cualquier momento.

Se escuchó el violento sonido proveniente del exterior, y digamos que Sesshomaru no estaba en su mejor estado de cordura y lucidez. El ruido retumbó en su cabeza y la estupidez que cargaba lo hizo llegar a la conclusión de que eran bandidos que venían a secuestrar a su pequeña familia. Se dirigió a la cocina donde vio ¿un hacha? Efectivamente y... ¿Cómo llegó un hacha a la cocina? Curiosidades.

La tomo con seguridad y cuando escuchó un nuevo furioso sonido dirigió sus pasos a la tan conocida entrada, hacha en mano. Abrió rápidamente la puerta y plantó casi inconscientemente un estruendoso golpe en la cabeza de quien quiera que sea el bandido. El espectáculo comenzó...

El piso retumbó y un adolorido Naraku tirado en el suelo cual saco de papas masajeo la zona afectada, suerte que Sesshomaru no utilizó gran fuerza.

Los dos policías a la espalda de su vecino le dirigían miradas de amenaza y parecían estar en posición de defensa. ¡Genial! Ahora estaría siendo tachado de criminal y loco escapado de un hospital mental.

...o... Horas después

––En el departamento –– Naraku tintó su voz de dramatismo ––Se escuchan alaridos y llantos durante día y noche, y estoy completamente seguro, oficial, que otros vecinos como yo, somos víctimas de insomnio ¡Es completamente imposible pegar ojo!

Sesshomaru frunció el ceño, ese desgraciado.... Le devolvió la sonrisa irónica y se defendió – Oficial somos padres, es completamente inevitable esta situación – Mencionó, como si fuera lo más obvio del mundo.

-Y es más que obvio que la situación está pasando la cuenta ¡Parece un loco! – Resbaló la bolsa de hielos por su cabeza– Al menos podrían dejar de reproducir videos de CDS rayados, resulta que es demasiado ruido para nosotros– Sesshomaru se removió incómodo en su asiento, avergonzado hasta la médula, no tenía excusa. Naraku lo observó burlesco, seguro adivino que un padre cantando era fracaso asegurado.


Padres Novatos  [#RetoSesshome2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora