III

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Día 18, jueves.

  En la clase de gimnasia se tomo una prueba de resistencia;  correr durante veinte minutos sin parar. Los tres amigos lo lograron casi sin complicaciones, a excepción del pelinegro, que cada cinco segundos reclamaba que no podía aguantar más y que iba a morir.

  Para cuando terminaron y fueron cada quien a las duchas, una nota estaba pegada justo en la cerradura del casillero de la castaña. La tomó sin apuro y la leyó.

"¿Viste como corría? Dios, apenas llego a los cinco minutos y ya lloraba que no podía más. No la culpo mucho, digo, esos tacones miden como treinta centímetros. Todas las personas tienen derecho a ser estúpidas, pero algunas abusan del privilegio"

Se quedó un rato riendo en silencio— o no— antes de escuchar el silbato del profesor y correr a ducharse antes de que se acabe el bloque.

Karla le grita desde la puerta que es rarita por reírse sola, pero a ella le da igual.

Me Da Igual [CDM/Castiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora