Hacer algo de lo que luego me arrepienta

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"¿La persona a la que le rentaste el auto sabe que es para enseñar a conducir a alguien que no tiene idea de cómo encenderlo?" Louis estaba sentado como piloto; primero le enseñaría cómo conducir así podía tenerlo a él como ejemplo (no estaba seguro de si era una buena idea, pero no tenía muchas opciones). Harry desconfiaba de Louis porque lo hizo quedarse en el hotel mientras él iba a rentar el auto. (El hotel era demasiado lujoso, para añadir. Harry se enfadó con Louis por gastar más dinero del necesario, pero cuando vio el jacuzzi ya no tuvo nada de qué quejarse). Harry le hacía esas preguntas parado a un lado del auto, aún negándose a meterse. "Louis, ¿le has dicho también que me enseñaras a conducir en el desierto?" Alzó las cejas y lo miró cruzándose de brazos.

Louis tiró la cabeza hacia atrás en una carcajada y tocó la bocina, exaltando a Harry y riéndose aún más. "Vamos, súbete de una vez" Lo miró con una sonrisa que no podía quitar de su rostro y que, de alguna manera, lo convenció de meterse al auto aunque a regañadientes. "Gracias" Le dijo con sarcasmo y una sonrisa exagerada que Harry imitó. "Ponte el cinturón" Habló Louis, él ya lo tenía puesto hacía varios minutos. Harry lo miró mal.

"No hace falta que me lo digas, soy la persona más cuidadosa del mundo entero" Louis rió por lo bajo y Harry lo oyó pero lo dejó pasar, sabía que no tenía malas intenciones.

Louis miró a Harry y luego fijó su vista en el frente, en el vasto desierto de Nevada. El sol les hacía picar y pintaba sus mejillas de rojo. El calor les molestaba pero era agradable aprovechar el clima que jamás tendrían en su ciudad natal. No había ni una nube en el cielo ni una pizca de viento. Louis puso una mano en el volante y otra sobre la llave. "Pon atención, ¿sí?" Los orbes verdes de Harry se clavaron en la trigueña piel de la mano de Louis, observando como sus dedos hacían un movimiento rápido que hacía que la llave girara y le diera marcha al vehículo. Harry no sabía nada de marcas, lo único que sabía era que lucía igual que todos los autos que usan para rentar a los turistas, y de color negro. 

Y tal vez Harry, mientras observaba con suma atención cada movimiento que Louis hacía, sentía un poco de resentimiento hacia su padre, quien se fue cuando era pequeño y no estuvo ahí para enseñarle lo que la mayoría de los padres le enseñaban a sus hijos mientras crecen. Aunque Anne hizo un gran trabajo al criarlo, aunque ahora él fuera la maravillosa persona que es gracias a ella, algo dentro de él faltaba, y era el legado de su padre. Harry no guardaba rencor y le era imposible odiar hasta a la peor persona del universo, pero en ese momento lo envolvió la melancolía y quiso aprender rápido para saber que no necesitaba de su padre para nada y mucho menos para aprender a conducir.

Estaba tan concentrado que de un momento para el otro la inercia llevó su cuerpo hacia atrás cuando Louis aceleró y comenzó a conducir a toda velocidad por el maldito desierto. Se aferró al asiento y pegó su cabeza a la cabecera. "¿Qué diablos haces, Louis?" Le gritó sin mirarlo, enfocándose en el frente como si hubiera algo con lo que chocar. Agradecía al menos no estar en una autopista. Louis sonreía con notoria felicidad mientras apretaba sus dedos al volante y hacía los cambios. Harry sentía mucho miedo, odiaba ir a altas velocidades, y las alturas, y todo lo que conllevara peligro. Sin embargo, la sonrisa de Louis lo hizo aguantar un poco más, por él. Lo dejó disfrutar de la adrenalina que parecía estar sintiendo por unos momentos. Como había pensado antes ese día, debían disfrutar mientras pudieran. Y él no era nadie para negarle un poco de felicidad. Durante esos segundos en los que Louis conducía a más de cien kilómetros por hora, todo tipo de pensamientos cruzaron su mente. No quería hacer sufrir a su madre, pero tampoco quería volver. Por difícil de creer que fuera hasta para él mismo, ya la estaba pasando más que bien con Louis. Decidió aferrarse a ese pedacito de felicidad. Hasta que decidió que ya había sentido demasiada adrenalina por el momento. "Por favor, ve más despacio" Y fue en el momento en que Louis lo escuchó rogarle así y lo vio cerrar los ojos con fuerza que supo que ya había sido demasiado.

Antes de Partir | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora