Daniel

38 2 1
                                    

No los usaba mucho, tampoco era taaan floja. Una vez leí en un libro que la vida sin problemas, sin frustración, sin lágrimas simplemente no es vida, así que decidí dejar a mis habilidades apagadas para poder “vivir”. A propósito, odio la palabra habilidades…

lista de tareas del día: Cambiar la palabra habilidades.

Salí de casa bastante abrigada ya que el súper guapo joven del tiempo anuncio que iba a nevar.

-          ¡Dalia!- sabía perfectamente quien tenía esa voz tan chillona.

Me hice la tonta y seguí caminando.

-          ¡Dalita!- Cada vez más cerca.

Cuando la sentía solo unos centímetros mío.

-          ¡BU!- La asusté, Amanda retrocedió unos pasos y por un milésima de segundos su cara de terror salió afuera- Jjajajaj tenías que ver tu cara…

-          Pfff… no sabes asustar…

-          Si claro- sonreí.

-          Ya vámonos, o vamos a llegar más tarde de lo de siempre- y continuamos a la escuela.

Amanda era una de mis mejores amigas, se caracterizaba por sus buenos consejos y actitud de madre cuando algo malo pasaba. Tenía el pelo café, liso y muy largo, es alta y flaca, como una modelo; En cambio yo era bastante diferente, tenía el pelo casi rojo y siempre que conocía  alguien, en especial chicas, me preguntaban que tinte usaba y como hacía que me quedara así y tenía que repetir “Mi pelo es así natural (…) no, no me ofendiste (…)” era un poco más baja que la estatura promedio y tampoco tan flaca… ¿Les dije que amo comer? No soy gorda pero tampoco un palo. Tenía pecas en toda la cara. Las odiaba y el maquillaje no funcionaba.

Llegamos a la escuela con 5 minutos de atraso y corrimos todo lo que pudimos con la esperanza de que el profesor todavía no llegara.

-          Señoritas, esta ya es la segunda vez que llegan tarde en la semana- Dijo el profesor de matemáticas- Castigadas hoy después de clases.- miró serio a los otros alumnos para que aprendieran la lección- siéntense.

Yo contenía la risa.

La clase paso lenta, igual que siempre, yo no atendía mucho ya que estaba un poco distraída (mucho) por un chico a dos puestos al lado mío que no paraba de mirarme, Él era guapo, no tanto como el tipo del tiempo pero cerca.

-          RIIING RIIING!!

-          Okey jóvenes pueden retirarse, recuerden la tarea de la página… -Ya había salido casi todos incluidas yo y Amanda.

-          No sé cómo ese viejo no se cansa de hablar- comente.

-          Debe tener algún poder- dijo Amanda riendo.

-          Si…

-          ¿Viste al chico nuevo?

-          ¿Cómo no verlo? No paraba de mirarme, era perturbador- reí y Amanda me acompaño con las risas.

Ya faltaba poco para salir y nos juntamos que nuestro usual grupo: Amanda, Javiera, Carolina y Laura, Las 5 mosqueteras.

Hablamos de chicos, series de TV, actores, realitys etc. Lamentablemente toco el timbre de comienzo de actividades extracurriculares, es decir para mí y Camila: Detención.

Llegamos al aula junto con 3 alumnos más, uno de ellos era el tipo que no paraba de mirarme.

-          Psss- Susurre a Camila- Mira de manera natural hacia atrás- Ella se dio vuelta mirando hacia todos lados, parecía que buscaba a Wally. Me tape la cara.

-          No lo veo, no lo veo, espera, ya lo vi.

-          Imbécil.

-          ¿Qué?

-          Nada…

Llego el supervisor.

-          Valla valla valla ¿Qué tenemos aquí? Dos jovencitas y 3 jovenes… Okey. Las siguiente dos horas quiero absoluto silencio, si escucho a alguien hablar o molestar se queda una hora más.

Ya había estado en castigo bastantes veces y siempre había el estúpido que hablaba. La sala de inmediato se quedó en silencio, el supervisor no miró unos minutos y después saco su libro y empezó a leer. Yo estaba acostada, Amanda estaba que se quedaba dormida pero le di un ligero golpe y me dio las gracias con la mirada, o tal vez era un te odio.

5 minutos

10 minutos

Tictac tictac

20 minutos

40 minutos

1 hora

Tictac tictac ¿Cómo hago para apagar ese maldito reloj?

-          Hola- Escuché una voz masculina. Volteé y el chico me estaba viendo ¿Lo había imaginado?

-          Soy Daniel- El chico de ojos verdes sonrío- No te asustes.

No funciono ya que yo ya estaba espantada

-          ¿Por qué pones esa cara?- susurro Amanda, Le puse cara de “no pasa nada”.

-          Hey, ¿Qué pasa ahí?- dijo el supervisor y Amanda agachó la cabeza- Amanda a la segunda una hora más- dijo serio.

Yo seguía mirando al tal Daniel ¿Seria verdad?

-          Oye, no puedo leer pensamientos pero juraría que te estas preguntando si fui yo, y si, si lo fui. Mira, ahora estoy guiñando un ojo- Daniel guiño un ojo.

¡Otro superhéroe! Además de yo claro…

-          Tengo muchas cosas por explicarte, pero debemos irnos de acá… y todavía falta una hora- Tenía cara de estar pensando- Ojalá supiera que poderes tienes tu, deben ser asombrosos...- yo no entendía- ¡Ya se! Tu grita que hay un ratón y yo te apoyo y hacemos que todos salgan y después nos vamos corriendo. Asiente si estas de acuerdo- asentí, esto se tornaba extraño- Okey, a las 1...2.. 2,5 … 3!

-          AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH UNA RATA, ME DAN TERROR LAS RATAS, TENGO ¡MASUFOBIA!- todos se pararon

-          O por Dios- dijo Daniel ¡ Es una rata de ojos… pequeños! Investigue hace poco y esas si te… tocan te matan!!!- eso fue suficiente para que todos saliéramos corriendo incluido el profesor

Salimos del aula y corrimos yo y Daniel en dirección a la salida. Ahora me tocaba a mí hablar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 27, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El mundo de DaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora