¿Quien soy yo?

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Barranquilla, 2 de septiembre del año que quieras imaginar.
-¡Fuerza!- gritaba una señora tratando de apoyar a la pobre embarazada que no tuvo ni siquiera tiempo de irse a un hospital.
-¿Ya está naciendo?- gritaba a todo el momento la embarazada.
Era la señora Caetana Vargas. La que nacía: Catherine Vargas y la otra Geni.
Es fuerte, todos decían al ver la nena correr por todos los lados con su perro de estimacion, y muy inteligente, completaba la mamá.
Catherine Vargas, pueblo de Barranquilla, escuela, casa , escuela, iglesia y otra vez casa.
Tenía una costumbre, le gustaba jugar con los niños, eso era terrible.
"Pero no deberías dejarla señora" las monjas decían apretando sus cruces presumiendo el peor.
La chica crecía fuerte, rubia, ojos verdes. Una sirena para los muchachos del pueblo que insistían en mantenerla bajo a sus miradas.
-¡Que no se acerque!- era el coro más escuchado siempre que algún atrevido intentaba acercarse de Catherine.
-Mí nena va a ser médica señores...- soñaba la vieja mirando a la estudiante rubia que caminaba por entre los árboles.
-¡No señora mami!- respondía la bella Catherine mentalmente, sí, la educación de la época era, a los papás se respetaba.
Hoy en día ya no es la misma cosa.

Bogotá, Colombia, año de 2017.
Catherine ya es grande, de una "cocacolo" a una mujer. Los pelos rubios estaban más cortos, los ojazos aún más viernes, digo, verdes. La cara era la más agotada posible, pero la sonrisa la más fatal, cuando el asunto era: una copa...
En un viernes, el imperdonable sería: Quedarse en la casa.
Las luces, la música, el motor de la felicidad, quedarse sola jamás, la cama bien grande, para dos. El lado izquierdo sólo se quedaba vacío de lunes a viernes, a los sábados bien ocupado, por algún afortunado.
-No estoy hablando de mi casa...- dijo Catherine mientras que tomaba otra copa alegremente- En mi casa no llevo hombres...vamos a cualquier lado menos en mi casa...
Lunes, escuela secundaria.
Había una palestra, una equipo de salud había llegado para explicar a los niños a respeto del cáncer.
"Que venga la maestra" gritó la doctora por detrás de sus gafas.
Es eso, ser maestra es ser cobaya, ser el ratón de las cremas, siempre vas a tener que aceptar las invitaciones.
"¡Vamos a poner fuego en la escuela! Que se quede la maestra..."
Es un ejemplo horrible pero en la casa de los Vargas todo era así.
Tenían unas copas en la mesa, la matriarca Vargas siempre mantenía todos bien arreglados y brillantes.
En la mesa algo como una botella.
"No se acerquen...puede caer y partirse en mil pedazos, unos de esos pedazos pueden llegar al cerebro..."
De esos ejemplos, es lo que quería decirles.

Hospital, miércoles, casi viernes.

Consulta obligatoria, lucha en contra del cáncer de mama.

La alegría de pensar que en un par de días sería sábado... se apagó en el momento que el doctor empezó a leer el resultado:
-Hoy en día ya tenemos muchos aparatos que sirven para apoyarlos en estos momentos... el nódulo encontrado, es pequeño, tiene cura..."
Diagnosticada con cáncer en la mama. El mundo se le había apagado.
"Pero puedes estar equivocado ese tranquilito..." piensa Catherine mirando al doctor perpleja.
-Eso es muy común en mujeres de todo el mundo, por eso debemos estar en día con los exámenes... hay tratamiento, hay cura, como es tu caso, pero tienes que buscar el apoyo médico o cuando antes...-seguía el doctor.
-¿Pero voy a perder mis pelos?- pregunta Catherine asustada demasiado para llorar.
-¡Es mejor que no pienses así!- dijo el médico.
-¿Quimioterapias?- pregunta Catherine con una pausa dramática entre la mirada y la pregunta.
-¿Alguien de su família te acompaña?
-¡No! Pero voy a estar bien...-dijo ella levantándose.
-¿Es tuya?- pregunta el doctor mirando a una bolsa llenas de libros que se había quedado en la cadera.
-¡Es mía!
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Noche de miércoles, silencio, ojos abiertos. Achilada.
"NO PUEDO DORMIR" piensa Catherine acostada en la cama.
Una discoteca y una otra discoteca eran las opciones entre una opción. Las luces podrían ayudar, la música y la copa tal vez. No era viernes, pero un miércoles, que necesitaba ser olvidado.
-¿Por qué estás tan achilada?
-¿Y tu quien eres?- pregunta Catherine levantándose.
-¿No me conoces?- pregunta el hombre con una sonrisa interesada.
-¡No debería conocer! No se quien eres, así que vete y déjame con mis copas...-dijo ella caminado para al centro del baile.
-¡Estas loca borracha!- sigue el hombre tratando de acompañarla.
-¡Eres un aprovechado! Déjame ...
-¿Alguien te dejó con los crespos hechos?
-Nadie me deja plantada, mi problema es otro... y nos es un churro como usted que me va ayudar...- dijo ella bailando la música que sonaba.
-¿Quien sabe?
-Me puedes ayudar con su cuerpecito que además es divino...- dijo ella con una risa sensual mientras que se acercaba lentamente quitándole la blusa.
-¡Tranquila!- ríe el, tomando a Catherine de la mano- Vamos a otro lado...

Fin del primer capítulo.



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