Capítulo 19

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Hoy volví de nuevo a clases, estoy en tercer ciclo, todavía me faltan 9, es muchísimo, pero se que con dedicación todo se puede.
-Marie perdón que interrumpa tus pensamientos pero podrías, prestar atención a clases mañana tenemos prueba de esto.-susurró Jazz mientras yo reaccionaba.
-Este sí.-para ser sincera esta era la clase más aburrida que jamás pude haber tenido, además detestaba la materia que estaba recibiendo, anatomía.
Pasaron las horas y no tenía más clases por recibir, estaba libre, bueno no del todo, me acabo de acordar de la prueba.
-¡Marie!, te estaba buscando.-dijeron por mi espalda.
-¡Thom!, ¿cómo has estado?.
-Muy bien,gracias...te quería pedir un favor.-se veía un poco desesperado.
-Claro, dime en te ayudo.
-Verás mañana hay una prueba importantísima, y si repruebo puede que no pase, se que recién empezamos pero ya estoy mal desde un principio, y pensaba que tu podrías ayudarme-¿Desde cuándo es importante una lección para él?
-Sí, podemos reunirnos en la biblioteca de tarde, no sé a las cinco.
-Bueno entonces te veo más tarde ya de paso gracias.- después de esto se fue.Fui a mi casa, y me senté un rato en el mueble de la sala, me da tanta nostalgia este lugar, este lugar era fabuloso, cuando aun era feliz; sin darme cuenta me quede dormida.

Estaba en un sueño profundo, hasta que sonó mi celular, fui a parar al suelo, luego me levanté y conteste.
-Hola.-dije con voz soñolienta.
-¡Marie!, ¿acaso estás durmiendo?-era Jazz.
-Al parecer sí.-dije algo molesta estaba muy cómoda durmiendo.
-Ay, lo siento.-su sarcasmo no me agrada.-bueno, solo te quería decir que mañana necesito que lleves el material para la presentación por favor Marie, no te olvides.
-Sí.-dije fastidiada-no me voy a olvidar, esta bien Jazz algo más que quieras decir.
-No nada más, adiós Marie.-y corto la llamada.

Esta mujer como siempre exigente, además ella sabe que la universidad es lo primero en mi lista.Espera, ¡Son las cuatro y media, tenía que verme con Thomas y aparte la biblioteca es muy lejos. Subí a mi cuarto me peine un poco, baje de nuevo, tome mi mochila y salí de la casa.

-Thomas, lo siento.- dije muy cansada, eran las cinco y quince, justo se le dio al bus por dañarse.
-No te preocupes Marie.-dijo riendo.
-¿Qué es tan chistoso?.-pregunté alzando una ceja.
- Es que, tienes el pelo muy desarreglado.- respondió sonriendo tratando de aguantar su risa.-ven te ayudo.- me acerqué y con sus manos empezó a "peinarme".-listo ya no estás tan desarreglada.-bueno con la desesperación que venía cualquiera llegaba hecho un desastre.
-Gracias.¿Entramos?.
-Sí vamos.

Este lugar es tan distinto como yo lo recordaba, la última vez que vine tenía solo 8 años, siempre venía pero no para leer, raro no, bueno en realidad venía porque había un chico, era el bibliotecario, pero no era el típico viejito amargo, si no todo lo contrario era muy joven y apuesto, se llamaba James, supongo que ya saben a que quiero llegar, el fue mi primer platónico.
Lo conocí por un trabajo de historia, gracias historia, fui con mi papá a la biblioteca para investigar, en realidad fue idea de mi mamá ya que pensaba que la tecnología no le parecía efectiva y quería que la biblioteca era un lugar lleno de cultura e información muy importante, como mi mamá estaba ocupada fui con mi papá al llegar lo pude ver, era alto, tenía el pelo negro y unos ojos grises.

-Buenas tardes.- le dijo mi papá a aquel chico.-me puedes ayudar con un libro acerca de "Revolución Francesa".
-Buenas tardes, por supuesto,sígame por favor.- fuimos tras de él su; su voz era muy suave y dulce.-este les puede servir, espero encuentren lo que buscan.
-Muchas gracias, disculpa. ¿Cuál es tu nombre?.-preguntó mi papá.
-James, llámeme James y estoy aquí para serviles y ¿ustedes?
-Mi nombre es Phineas y ella es mi hija Marie.-dijo presentándonos.
-Mucho gusto y a ti también Marie.-dijo amablemente.
-Mucho gusto señor.-respondí tímidamente, lo fui desde siempre.
-No me digas señor, apenas tengo 21.-dijo sonriendo.-bueno cualquier cosa que necesiten ya saben donde encontrarme.
-Claro, gracias.-después se fue.

En vez de leer, me lo quedaba mirando, era demasiados perfecto.
Desde ese día siempre le decía a mi papá que tenía alguna tarea aunque la mayoría de las veces no era verdad. Y yo viendo como atendía a las personas,parecía una acosadora; aveces cuando se daba cuenta me sonreía y yo me sonrojaba muchísimo creo que era muy obvia.

-¡Marie!-gritaron, dándome un susto.
-¡Ah!,Thomas.¿Qué pasa?.-pregunté enojada, me espanté.
-Es que quedaste mirando a la nada un buen tiempo.-respondió riendo.
-Lo siento, solo recordaba.-dije mientras sonreía.
-¿Qué tal si vamos a lo que vinimos?-propuso a lo que yo acepté.

Me encantó recordar aquel momento porque todo lo que paso en esta ciudad fue increíble bueno casi todo.

Thomarie-Te quiero y lo sabesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora