Hace mucho tiempo atrás, cuando el poderío y el privilegio era sólo propiedad del mas fuerte. Dos razas, pilares de la sociedad y, ambas, tan distintas, pero a la vez complementarias, se cernían sobre la faz de la tierra. Monstruos, seres mágicos con un alma pura y bondadosa, quienes no conocían la maldad, ya que su propia existencia se basaba y existía gracias al amor. Habían aprendido a subsistir con el hombre, una criatura despiadada e incomprendible, quien no conocía sobre la misericordia ante su propio beneficio. Parecia vivir siempre insatisfecho y todo lo que quería hacer suyo, lo conseguía a la fuerza; nadie suponia una amenza para él, excepto una cosa. Una abominación que solo podía ser creada a través de una fusión, la union de un alma humana y un monstruo. El control de dicha especie se dividía en ambos ocupantes y, podría causar destrucción, sembrar el terror y el caos dónde quisiera. El humano, siempre temeroso de lo que no entiende y conoce, decidió encerrar a su vulnerable enemigo con una barrera mágica bajo el suelo.
El suelo de estremeció, los 5 brujos cantaban, y la tierra se cerraba frente a ellos.
"Toji, tojite, baria wa,
Ohaio-shū no hahanaru
chikyū o watashitachi
no teki o ume"Sus estruendosos alaridos poco a poco se convertían en débiles susurros. Todavía podían escucharse los pedidos de auxilio de los mountruos.
Oh pobre criatura. Tu aspecto y habilidades te ha marcado, lo extraño ya no es permitido para el ojo humano. ¿Que tanto debes sufrir para que ellos volteen la mirada?, ¿Que tan fuerte debes gritar para que ellos siquiera te oigan susurrar?
Nadie te comprende, y eso es lo que provoca tu dolor.La devastación de el rey y la reina debía ser incomprendible, tantos hermanos perdidos, para una guerra tan predecible. Accedieron a ser sepultados en el subsuelo, como único medio de supervivencia. Era preferible a la extinción, a pesar de su deseo de vivir, nada podrían hacer frente a un enemigo tan poderoso, sin siquiera un alma humana, su destino estaba escrito.
La mañana del día uno, luego de lo sucedido fue lúgubre, desgarradores pedidos de ayuda se escuchaban fuera del monte. El pueblo cercano a aquella tumba viviente que los mountruos en el futuro llamarían "hogar" había enfermado gravemente. El polvo de los monstruos difuntos se esparcía por el aire y se hacia imposible respirar, poco a poco, el aire se consumio en un olor metalico, respirar había dejado de ser placer, se había convertido en una pesadilla. Con el tiempo ésto afecto a los ancianos y a las mujeres, quienes sucumbieron rápidamente ante la muerte. Niños habían quedado sin hogar, hombres habian perdido a toda su familia y quienes se encontraban alli optaban por abandonar aquella aldea maldita. La poblacion llegó a desaparecer por completo.
Con el paso de los años y, debido a las viejas construcciones en aquel lugar, las población y la vida comenzaron a reaparecer en aquel pueblo, oculto bajo aquella enorme montaña. Los nuevos habitantes la llamaron "Ebott" su verdadero significado se ha perdido con el paso de los años, pero la gente murmuraba, que se trataba de una extraña lengua indígena, que quería decir "alarido", ya que, en el momento en el que el sol se oculta, pueden escucharse débiles gritos.
Pocos se habían atrevido a escalar, sin conseguir llegar siquiera a la cima, en cuanto los gritos aumentaban, la valentía del explorador disminuía. Para cualquiera, sería más preciada su vida, que un simple y vano descubrimiento; para cualquiera, excepto para él.
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Passengers
FanfictionLuego de encerrarlos en aquel infierno, lo humanos parecieron cambiar de opinión, no deseaban que se mantuvieran allí, encerrados, querían su exterminio total.