-¡Hey! Prometiste cuidarme, y mira, terminé ebrio.
-¡No me reproches!–reí- tu solito empinaste el codo.Además era para quitarte la sed, casi te comes a uno de los invitados. Así que tómalo como un buen acto.
-Esta bien, estás perdonada. ¿Quieres ir por algo para merendar?
-Muero de hambre
Salimos por la Avenida, estaba realmente lleno de gente. Divisé a un chico pálido, flaco, aburrido y nerd. Me reí para mis adentros.
-Ya capté mi merienda, nos encontramos en 2 minutos en la calle 20, ¿bien?
-Bien.
Me acerqué cautelosamente, me senté con el chico y lo mire.
-¿Necesitas algo?-me preguntó-
-Claro –respondí y le miré a los ojos, en ese momento sus pupilas se tornaron mas grandes, como las de un gato.-Necesito que no grites.
Y así me abrí paso entre su cuello, y lo mordí.