Internado Hamilton

Cap 3. Tarde de deportes

Bella POV

Maldito despertador! - pensé dandole un manotazo.

Me levanté lentamente evitando el mareo que ne sucedia todas las mañanas. Me miré en el espejo, el rojo de mis ojos habia desaparecido, solo quedaban unas ojeras pronunciadas como resto, mi venda seguía tan blanca como despues de cambiarmela esa noche, totalmente asqueada por el aspecto del corte.

Me vestí cuidadosamente para que el uniforme estuviera perfectamente en su sitio y cogí mi mochila.

Alice ya estaba sentada en la cafeteria mordisqueando un croissant mientras miraba su movil.

- Ah buenos dias Bella - me saludó cuando me senté.

- Y tu hermano? - pregunté acostumbrada a su presencia.

- En la mesa de los deportistas - dijo desinteresadamente para luego mirarme con los ojos llenos de emocion.- Oye, tienes planes para este finde?

- Pues quedarme aquí, obviamente.

- Ni hablar! - negó con la cabeza.- Te vienes a mi casa.

- Que va, Alice. No quiero causar molestias.

- Tranquila, he hablado con mis padres. Ellos mismos te han invitado. - dijo con una sonrisa de victoria.

- De acuerdo... - me resigné. Esta chica es imposible

Sonó la campana y me dirigí a las siguientes clases, cuales pasaron rapidamente.

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Acababamos de terminar y Alice y yo nos dirigiamos a la habitacion. Nos ibamos a poner los bańadores bajo la ropa para ir a la piscina. Yo me quedaría leyendo un rato hasta que llegara el toque de queda y me fuera a la piscina a ver a Alice.

Me puse un bikini sin tirantas de color azul electrico, por encima llevaba un top crop blanco de esos que se deja ver la barriga bastante suelto, unos pantalones cortos negros y unos nike negros. Alice llevaba las toallas para las dos a si que nos despedimos y me fui a las canchas. La de Baloncesto y la de Volley estaban juntas, y un poco mas alejadas las de padel y tenis, a si que me sente en las de baloncesto para no tener que verles las caras a esas...

El equipo de baloncesto llegaba con el capitan en cabeza. Edward, no? Maldito imbecil. El entrenador Clapp supervisaba el partido y a veces separaba a Rue, una buena chica de pelo rizado que no se sentaba en la mesa de deportistas y a Tanya Denali. El equipo nos odiaba a las dos por no sentarnos con ellas.

Seguia con la vista cuidadosamente mi lectura cuando escuché unos gritos.

- Pero que haces pedazo de imbecil? - le gritaba un chico de pelo rojo como las llamas a un chico rubio.

- He tio o te relajas o...- comenzaron a empujarse y los miembros del equipo fueron a intentar separarlos.

El entrenador tuvo que llevarselos a la direccion y los demas chicos se fueron a los vestuarios.

Al rato me aburrí de leer tanto tiempo sentada y me levanté a coger la pelota que habia quedado olvidada en el centro de la cancha. El cielo estaba oscureciendo, el crepusculo.

Intenté votarla con la mano buena y, mira por donde, funcionaba. Con un poco de dificultad rodé la pelota contra mi cuerpa hasta cogerla en alto con una mano y apuntar.

Canasta!!! La habia metido bien!! Alucinante, y con solo una mano.

Sonreí satisfecha.

Derrepente una pelota que no se de donde salió apareció por mi espalda y entró directa en el aro. Me giré sobresaltada y me encontré a Edward Cullen con un pantalon negro y una camiseta de manga corta gris sonriendome bajo la luz de la luna. Sus ojos verdes sobresalian entre todo.