Decir que estaba en un estado de pánico era poco.
Estaba congelada en mi asiento, no estaba segura de estar respirando.
¿Como que un tutor?
No.
La campana para salir al primer receso había sonado hace 20 minutos y ellos seguían poniéndose de acuerdo en puntos que debo mejorar. Me levanto de mi asiento para irme, en la salida trato de, como siempre, no tropezar con nadie para llegar a la cafetería sin problemas.
En nuestra esquina logro visualizar a Gina, cuando levanta la cabeza de su comida su mal sentido del humor se hace notar.
—Vaya, hoy pareces mas zombie de lo normal, que te ha pasado?— Dice esto tan normal que no pareciera ser una ofensa pero prefiero que me lo diga ella y no los demás.
— Tendré un tutor. — Decir esto me causa un ligero malestar en el estómago.
— Supongo que es lo necesitabas, es algún profesor? — Su pregunta me causa risa, hubiese preferido cualquier profesor.
—Quisiera pero no, es Axel Clayton.
Su grito creo que se escucho fuera de la tierra.
¿Pero qué le pasa?
—Oh Dios mio, oh Dios mio. Esto es increíble. — Yo no veo donde esta lo increíble en esta situación.
No entiendo por qué se emociona tanto por alguien que ni siquiera conoce. En estos últimos días esta actuando muy extraño.
—¿Increíble? Gina tu ni siquiera lo conoces.
—Piensalo bien, pasarás tiempo con el y lo conocerás. — No se quien le ha dicho que quiero conocerlo y mucho menos pasar tiempo con el. —No vayas a voltear que se esta acercando a nuestra mesa.
¿Qué?
Instintivamente giro mi cabeza a la velocidad de la luz y compruebo que sí viene caminando hacia nosotras. Regreso mi mirada al frente y Gina me mira con una sonrisa que no logro entender. Hasta que una voz nos interrumpe.
— Señoritas, puedo sentarme junto a ustedes?— Levanto mi cabeza decidida a responderle que se vaya a sentar junto a su primo pero su mirada otra vez me confunde.
Gina es más rápido que yo. — Claro que si, Samantha me estaba hablando de ti.
¿En que momento mi amiga se había vuelto tan atrevida?
— Le estaba diciendo lo irritante que seria tener un tutor.— Trato de defenderme, no quiero que vaya a pensar que me interesa hablar sobre el.
Mis ojos se clavaron en él, me estaba mirando con el ceño fruncido y esa sonrisa que nunca quita de su cara.
— No tienes que verlo de esa manera, solo quiero ayudarte. — Su voz sonaba apagada como si le costará decir eso. Es cierto que necesitaba ayuda con la materia pero ¿Por qué el?
— Ya veremos— El me seguía mirando por unos segundos más hasta que Gina habló. Estaba tan perdida en esos azules que no recordaba su presencia.
— Así que... Cuentanos un poco más de ti.— La forma en la que dice cuentanos hace que parezca que yo también quisiera saber y no solo ella. Muy en el fondo y aunque lo niegue, quisiera saber.
— No tengo mucho que contar, qué quieren saber?— Axel deja su almuerzo en la bandeja y pone su puño bajo su barbilla mostrando que esta esperando que le hagan preguntas.
— Que te trajo a esta ciudad?— Mi pregunta ha salido rápido y lo sorprende.
— En parte por el proyecto de mis padres. — Cierto, por eso la gran fiesta —Pero también porque debía cerrar una etapa.
Cuando dice esto su mirada vuelve a bajar a su bandeja así que doy por concluido el tema y Gina parece haber pensado igual que yo.
— ¿Y por qué te sientas con nosotras junto a la basura y no con Jesse en el centro? —Literalmente quiero besar a Gina cuando hace esta pregunta.
— El que sea mi primo no quiere decir que deba sentarme con el además, su novia es insoportable. —Al momento de decir esto último su nariz se arruga como si algo apestara.
Lisa es de las chicas más populares de la escuela, es hermosa pero muy arrogante lo cual le baja puntos. Le gusta humillar a los demás con sus comentarios ofensivos, piensa que por ser linda tiene algún derecho sobre los demás.
No me doy cuenta que estoy pérdida en mis pensamientos hasta que Gina toca mi hombro
— Samantha te están hablando. — Siento dos miradas diferentes observándome y es aún más incómodo.
— Te decía que podríamos quedar para esta tarde en tu casa y empezamos con la tutoría. —Nunca había llevado alguien a mi casa, Gina se presento un día sin avisar y desde entonces me visita pero la verdad no es que me guste. El no será la excepción
— No. Mejor quedamos en tu casa. — Su ceño fruncido me muestra que no esta conforme con mi respuesta, aún así me responde.
— Donde te sientas cómoda. —Lanzo un suspiro de alivio porque no hizo preguntas
La campana nos indica que el receso ha terminado y que debemos entrar a clases. Soy la primera en levantarme, tomo mis cosas y me despido de Gina sin mirar donde sigue sentado Axel.
Los pasillos estaban repletos de estudiantes, escuchaba algunos murmullos como zombie y demás cosas que prefiero no repetir. Bajo mi cabeza y sigo caminando pero como la suerte no es algo que se hizo para mi, choco con alguien
— Pero miren nada mas a quien tenemos aquí.— Conocería esa voz donde quiera que la escuchara, es tan chillona que seria imposible olvidarla.
Lisa esta parada frente a mi con un aire de prepotencia que me hace sentir pequeña. Pasa una mano por su brillante cabello rubio y me mira con cara burlona.
—¿Qué te ha pasado en la cara querida? Oh cierto naciste así, lo había olvidado. — Ella misma se ríe de su propio chiste y los demás le siguen la corriente. Todas esas risas se suman a la de ella lo que hace sentirme peor.
— Dejame pasar. —Estaba en medio de mi camino. Hoy no tenia deseos de confrontarla.
— Solo un consejo, alejate de Axel. Eres demasiada poca cosa para el. —Dice esto y se va con elegancia.
Me quedo parada por unos segundos tratando de analizar qué me querría haber dicho con eso. No quiero tener que ver nada con Axel y el nunca se fijaría en mi, así de sencillo.
Entro a clases primero que todos lo cual es bueno, así puedo pasar y no tener todos esos ojos sobre mi. Tomo asiento atrás al lado de la ventana, afuera puedo ver como el equipo de fútbol se entrena. Jesse es el capitán del equipo así que está al frente dando ordenes.
Me fijo en todos los integrantes y sonrió cuando veo a Axel entre el grupo. Tiene una camiseta del equipo que se le adhiere al cuerpo por el sudor, el pelo lo tiene alborotado y desde aquí puedo ver como su rostro esta rojo por el sol. Hasta haciendo ejercicio y sudado se ve atractivo.
¿Pero qué rayos estoy pensando?
Golpeo mi frente con la palma de mi mano y vuelvo mi mirada al frente donde el profesor ya ha llenado la pizarra de operaciones matemáticas.
Solo un consejo, alejate de Axel. Eres demasiada poca cosa para el.
Sus palabras vuelven a repetirse en mi cabeza, no pienses en el Samantha.
No pienses en Axel Clayton.
-----------------------------------------------------------
Lisa en multimedia.
ESTÁS LEYENDO
Dulce Pasado
Teen FictionEra una niña feliz. Mis padres me lo daban todo, mas bien mi madre porque mi padre era un alcohólico, razón por la que mi madre trabajaba el doble para mantenernos a mis hermanos y a mi. Y hasta al vago de mi padre. Como mi madre trabajaba día y noc...