10 razones para NO ser un Príncipe.

003.

ADVERTENCIA: En éste capítulo se apreciará sexo, sexo, sexo, sexo y mucho sexo, si eres una lok a la cual no le gusta el sexo y viniste por arco iris, mejor bye. Lees bajo tu propia decisión.

•••

Luego de terminar la canción, le sonreí a Adam, indicando que me había encantado.

Por alguna razón me dio por caminar en la playa, junto a él. Le metí el pie a Adam.

—¡Joder, Lauren!—Exclamó Adam con un poco de susto, casi se caía por mi acto.

Me empujó en forma de venganza, pero su fuerza no estaba controlada, haciendo que cayera a la arena, y que un poco de esta se introduciera en mi ojo.

Entré corriendo a la cabaña, y Adam asustado, iba detrás de mí.

Me lavé la cara, y una vez terminado mi lavado, caminé hacia la habitación.

Me quité la ropa y me coloqué la pijama, la cual daba mucho a la vista, mucho que desear.

Me metí adentro de las sábanas y decidí dormir, pero antes esperé a Adam.

Al sentir un pequeño ruido de la correa de Adam, volteé y disfruté del show.

Adam desnudo, es decir, en ropa interior, era algo mil veces sexy.

Me cubrí con las sábanas hasta el cuello, y cuando sentí su mano rodeando mi cintura, pude dormir en total tranquilidad.

(...)

Me levanté unas dos horas después, ya que tenía que ir al baño.

Después de terminar mi necesidad, pude ver que la luz de la cocina estaba encendida.

Caminé hacia la cocina y divisé a Adam, éste al verme se asustó un poco mucho.

—¡Joder, Lauren!—Exclamó por tercera vez en el día.—¿Quieres matarme de un susto?—

—¿Qué? ¿No querías verme? —Pregunté con descaro.

—No es eso, joder susto que me has pegado. ¿Quieres uno?—Dijo y por fin vi su propósito en la cocina.

Estaba haciendo sándwiches con mermelada.

—No, no, gracias.—Agarré la mermelada.

Agarré un poco con mi dedo y lo saboreé de una forma que hace excitar a Adam.

—¿Qu-qué haces, Lauren?—

—Mmm.—Gemí.—De fresas...—Él miró a mis pechos, los cuales sólo estaban detrás de una tela de seda, lo cual la hacía casi transparente. —¿Qué tanto miras ahí, cielo?

—Es que...Nu-nunca vi unos tan perfectos...—

—Entonces aprovechalos, cielo.—

Dicho esto, el moreno se acercó a mí y empezó a besar mis labios, lentamente, luego fue bajando hacia mi cuelo y dio besos humedos, hasta encontrar mi clavícula, bajó hacia mis pechos y logró su cometido, hacerme gemir.

—Eso es, gatita, gime para mí. —

Empecé a hacerlo más fuerte para complacerlo.

Tomó el control de todas mis emociones y bajó el short que tenía como pijama, y prueba el tacto, su lengua se siente tan húmeda, cálida y se siente tan bien.

Todo mi mundo acaba cuando introduce un dedo en mi intimidad, que ya no era tan íntima.

Todas mis emociones, placeres y demás se apoderaron de mí, haciéndome llegar a mi orgasmo.

Y apenas está empezando.

Lo mejor viene cuando me sube sobre la mesa y saca su miembro.

Entra en mí y siento todo el dolor, era nuestra primera vez, en dos años.

En todo el proceso, arañé todo lo que se encontrara a mi alcance, por ejemplo, su espalda.