Capítulo1: El trato.

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Link, junto a los otros héroes que llegaron a través del Portal de las Almas y la distorsión en el tiempo que Cya creó usando la Trifuerza, y los valientes que le acompañaron desde el Castillo de Hyrule, se encontraban en los últimos momentos del enfrentamiento contra las fuerzas de la hechicera.

A pesar de sus esfuerzos por detener sus malvadas intenciones, las fuerzas de la Hechicera y el temible ejército de Volga acabaron mermando las fuerzas de Hyrule. En un último intento por poner fin a la cruenta batalla, Link, Zelda, Lana e Impa se dirigieron al altar de la hechicera para detenerla; sin embargo, allí les esperaba ella, preparada, junto con Volga e Invocante y un grupo de Links oscuros. La batalla había hecho mella en los cuatro, un nuevo combate contra Cya y cinco copias del héroe acabaría con ellos.

Consciente de que ya no les quedaba ninguna oportunidad, Cya se acercó y se dirigió a ellos.

-Pero qué encantador, el Héroe, la princesita y su perrita faldera vienen a detenerme junto con mi otra mitad-

-Cya, tienes que detener esto inmediatamente- Contestó Lana 

-Admito que puede que haya ido demasiado lejos, nunca pensé que llegaría a semejantes extremos para cumplir mis objetivos. Pero para que veáis que no os guardo rencor...tengo una última oferta para ti...Princesa...- La duda y la sorpresa alcanzó a todos los presentes.

-¿Qué clase de oferta?- habló la princesa.

-Este es mi trato: retiraré mis ejércitos y devolveré el reino de Hyrule a su estado original, junto con las tierras de las épocas pasadas que traje de vuelta, y prometo no volver a atacar estas tierras, con una única condición...-

-¿Cuál es?- respondió la princesa con temor al precio que pondría a cambio de poner fin a esta guerra

-Quiero a tu campeón, al héroe de verde de que encuentra a tu lado. Lo quiero a él y que su alma viva conmigo en mi castillo por toda la eternidad...-

La respuesta de la hechicera caló hondo en los héroes que tenía enfrente, la duda se apoderó de las tres mujeres que de inmediato se pusieron a debatir sobre la situación, siendo Impa la primera en hablar: -Princesa ¿qué hacemos? No podemos seguir luchando-

-Ya lo sé. Pero no podemos dejar marchar a Link, él es... demasiado importante...-

-Princesa, piensa que podemos devolver la paz a Hyrule a cambio de renunciar a un único soldado-.

-Impa tiene razón- dijo Lana -Piensa que ya se han perdido muchas vidas por culpa de esta guerra. Conozco a Cya demasiado bien, yo soy parte de ella, sé que ella no mentiría para un trato como este-.

-Ya pero...- Antes de que Zelda pudiera terminar la frase, Link dio un paso al frente y caminó hacia Cya para sorpresa de todos.

-Oh ¿Qué es esto? ¿el héroe se ofrece voluntariamente a venirse conmigo? Pero que hermoso regalo- Dijo Cya mientras se regodeaba ante la decisión del héroe. -¿Qué dices tú, princesa? ¿Aceptarás mi oferta?-

Zelda no podía si no mirar la escena con algo de dolor, aunque era cierto que hacía tan solo unas semanas él no era más que un soldado más para ella, su valor había conseguido cautivar el corazón de la princesa.

Lana se dio cuenta de esto y le habló -Princesa entiendo cómo se siente, pero...- se paró mientras miraba a Link por un instante -...a veces no podemos estar con la persona a que queremos, pero... a veces es mejor así-

Seguidamente miró a Cya -Sé que aún hay parte de mí en ella, que aún conserva algo de bondad, igual que hay parte de ella en mí. No nos queda otra opción, tenemos que dejarle marchar- Dijo mientras una lágrima se escurría lentamente por su mejilla.

-Lana tiene razón, princesa- dijo Impa -Link ya ha tomado su decisión, debemos respetarla-

Zelda meditó por un momento y, tras recordar el deber que tenía de defender el reino como princesa, tomó una decisión y se dirigió a la hechicera -Está bien Cya, tú ganas. Acepto el trato-

Cia soltó una última risa de victoria antes de cumplir su parte del trato. -¡Volga, Invocante! Llamad a las tropas, volvemos a casa- proclamó mientras abría el portal que les devolvería de vuelta a ella, junto a su héroe y a sus generales, de vuelta al palacio de Cya, el Templo de las Almas.

-Link, no puedo esperar para comenzar esta nueva vida juntos- le dijo mientras lo miraba a los ojos, al tiempo que ésta acariciaba cariñosamente su barbilla, antes de atravesar el portal.

Zelda contempló como el portal se cerraba mientras sus soltaba un suspiro y una lágrima de decepción caía por su mejilla. -Link, te deseo suerte allá donde vayas-.

Y así terminó la gran Guerra de las Eras... Por el momento

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